Miguel Ángel García Belmonte creció en Totana (Murcia), ciudad con una larga e histórica tradición alfarera. A raíz de esta herencia cultural decidió desarrollar Pott Project aprovechando que los mejores talleres de artesanos estaban en la zona: "Para mí ha sido un reto pensar como un artesano, y no solo como oficio, sino también como filosofía de vida; y, al artesano, hacerlo pensar como un diseñador", comenta. Para ello ha contado con la complicidad de Luis Eslava como director creativo, quien explica: "Mi trabajo es dar coherencia a todo lo que se crea desde la marca, desde la selección de piezas, la escalabilidad sostenible de los procesos artesanales, la optimización de componentes no artesanales, hasta la comunicación y sus procesos. Buscamos diseñadores que estén alineados con el ADN de la marca, con su sensibilidad, cultura y adaptabilidad para proponer piezas que respeten los procesos artesanales. El resultado es honestidad proyectual y formal".
CONEXIÓN EMOCIONAL
Añade Luis Eslava que "los objetos artesanales generan conexiones emocionales entre la mano que los creó y la mano que los recibe. Tenemos cuatro puntos que forman parte de nuestra misión: preservar esa conexión emocional de la artesanía; mantener las tradiciones, el tejido humano y la sensibilidad que de ello se deriva; promover aquellas cosas hechas por la mano del hombre, e impulsar la creación de valor aunando visión (diseño) y conexión humana (artesanía)".