Un salón pequeño puede ser un dolor de cabeza… ¡depende de cómo lo mires! Lo cierto es que decorar una sala con espacio limitado explota al máximo nuestra creatividad. Si estás en esa situación, lo sabes perfectamente: todo tu espíritu interiorista sale a flote para intentar una estética bien lograda, elegante, pero ordenada.
No, no es una utopía, la verdad es que sí podemos decorar un salón pequeño con astucia y algunas estrategias de experto. Y las paredes van a ser de gran ayuda. Decorarlas embellece el espacio, por supuesto, pero es que además hay algunas técnicas que ampliarán visualmente la zona. En este artículo te contamos esos trucos y consejos que estabas esperando para decorar las paredes de un salón pequeño.
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1. El mágico efecto espejo
Sin duda, los espejos son un fantástico recurso en la decoración de espacios pequeños. Además de dar un toque elegante y luminoso, ayudan a reflejar la luz disponible. Como resultado, amplían visualmente el espacio y generan una sensación de grandeza.
Para las paredes de un salón pequeño, nuestro consejo es que instales un espejo grande en una pared que reciba luz indirecta. Ubicarlo perpendicular a una ventana es ideal para reflejar el exterior y añadir profundidad al ambiente. Eso sí, ¡cuidado con los marcos! Dado que tu salón tiene poco espacio, debes evitar el ruido visual. Por lo tanto, escoge marcos sutiles, incluso minimalistas. Nada de marcos intrincados o con demasiados detalles.
2. Ante todo, claridad
Las paletas cromáticas claras y suaves son otro básico en la decoración de espacios pequeños. Sobre todo si hablamos del salón: una zona que requiere sí o sí de colores serenos y tranquilizadores. Es importante mantener una estética que de una sensación de amplitud. Para esto, es fundamental que pintes las paredes y techos en tonalidades claras como el blanco, el blanco roto, el crema o el gris suave.
Otra buena idea es promover la continuidad visual para fortalecer la idea de amplitud. En estos casos, se recomienda que tanto el suelo como las paredes y los techos sean del mismo color. De hecho, a nivel arquitectónico se podrían suavizar y redondear los ángulos o esquinas para incrementar la fluidez visual.
3. Una pared de acento: ¡sí se puede!
A pesar de que los colores claros y neutros son ideales para decorar las paredes de un piso pequeño, no quita que puedas aprovechar un bonito acento. Sin embargo, ten en cuenta que no sirve cualquier color o papel pintado.
Idealmente, la pared de acento debe ser de un tono similar a las otras. Debería seguir el mismo esquema cromático suave del resto de paredes y del suelo. Si vas a poner un papel pintado, escoge motivos elegantes, delicados, sutiles y en las mismas tonalidades que el resto de colores.
4. Un cuadro en gran formato
Las obras de arte son imprescindibles para decorar las paredes del salón. Y si tu sala es pequeña, con mayor razón. Un cuadro grande ubicado en una pared "limpia", dará un toque creativo a toda la decoración.
Escoge una obra en colores neutros o suaves con un punto de fuga amplio para generar una ilusión de profundidad. Este truco visual lleva la mirada del espectador directamente hacia la obra, lo cual la convierte en un punto focal interesante.
5. Añade molduras en el mismo color
¿Fanática de las molduras? Es posible, pero con razón. Estos accesorios para la pared quedan muy bien en estilos clásicos, rústicos, románticos y modernos. Pero más allá de su versatilidad, pintadas en el mismo color de la pared ayudan a potenciar la continuidad visual. En consecuencia, tendrás una decoración diferente, con texturas y sin sobrecargar la superficie.
6. Estanterías flotantes: decoración funcional
Otro clásico en la optimización de espacios pequeños. Los estantes o baldas flotantes son clave para exponer objetos decorativos o almacenar distintos objetos. Esto evitará que pequeños elementos como libros, accesorios, mantas, etc., se repartan de forma desorganizada a lo largo de la estancia. Además, son perfectas para aprovechar el espacio vertical y liberar espacio en el suelo, que ya bastante tiene con los muebles principales.
7. Decora con piezas verticales
Para un salón pequeño, las piezas decorativas alargadas, como cuadros verticales, espejos altos o plantas de pared, ayudan a dirigir la mirada hacia arriba. De esta forma conseguirás una impresión de mayor altura en el espacio. Este truco es perfecto para casas con techos bajos, ya que estiliza la percepción del espacio.