Frente a la tiranía de la cocina y el baño durante los últimos tres o cuatro años, el salón recupera protagonismo en el hogar en 2025. Para que no te falten ideas, en este artículo desgranamos todos los detalles de cuatro salones diseñados por la interiorista Blanca Rosa Gutiérrez. Todos son completamente diferentes entre sí y cada uno de ellos está adaptado a las necesidades y personalidad de cada propietario. “En el mundo del diseño de interiores cada espacio cuenta una historia única. Los salones, como corazón social de cualquier hogar, se convierten en escenarios donde la funcionalidad y la estética se entrelazan para dar vida a experiencias memorables”, cuenta Gutiérrez.
Le hemos pedido a la interiorista que elija entre los salones que ha diseñado aquellos que reflejen su particular manera de entender el diseño. Se ha decantado por cuatro que comparten un propósito claro, que no es otro que el de diseñar espacios “funcionales, estéticos y, sobre todo, atemporales”.
1. Un salón sofisticado y funcional con el color como gran protagonista
Vitalidad, optimismo y frescura son los adjetivos que mejor definen el salón de este piso en el centro de Madrid. “El suelo de madera de bambú aporta una base natural y sostenible, creando un contraste perfecto con la explosión de color en el mobiliario y los elementos decorativos. Las butacas amarillas se convierten en un punto focal que aporta energía, mientras las cortinas rosas suavizan el espacio, generando un ambiente acogedor y moderno”, apunta la interiorista.
Como se ve en la foto, Gutiérrez se ha decantado por un mueble naranja para dividir funcionalmente el salón de la cocina (en un azul intenso) y el comedor sin necesidad de tener que recurrir a tabiques. Como ella misma explica, se trata de un elemento práctico, pero también muy decorativo que aporta dinamismo y continuidad visual. La elección de la paleta de color, que incluye detalles en azul en la cocina, “fue clave para transmitir una sensación de alegría y equilibrio en todo el hogar”. Se trata, sin duda, de un interiorismo “que demuestra que el uso audaz del color puede ser sofisticado y funcional al mismo tiempo”.
2. Arte y madera: una fusión atemporal que apela a los sentidos
En el salón de este piso, las vistas al Parque del Oeste de Madrid actúan como un telón de fondo que dialoga con los elementos del interior. “La protagonista indiscutible del espacio es una imponente obra de arte que domina la pared principal, aportando carácter y un aire contemplativo –apunta Gutiérrez. A la vez, la madera, presente en el mobiliario y los detalles arquitectónicos, añaden calidez y conexión con la naturaleza”.
Elegante y cómodo al tiempo, el diseño combina butacas de cuero en tonos tierra y un sofá tapizado en lino claro. Las mesas de centro con sobre de cristal aportan ligereza al conjunto, mientras que los accesorios elegidos refuerzan la sensación de armonía. “Este salón es un ejemplo de cómo la combinación de materiales nobles y piezas artísticas puede transformar un espacio en una experiencia sensorial”.
3. Clasicismo reinventado
En este espectacular piso de 300 m2 en el barrio de El Retiro, en Madrid, “el salón es una declaración de intenciones, donde el respeto por las molduras clásicas originales se combina con un enfoque audaz y contemporáneo”. La idea de prolongar el capitoné en verde oliva del sofá en la pared no solo es muy original, sino una manera eficaz de crear un efecto envolvente que transforma el salón y añade “textura y sofisticación”.
Llama también la atención la imponente pintura de una marquesa, “que aporta un toque dramático y refuerza la narrativa del espacio”. El salón está literalmente repleto de detalles. Por ejemplo, el árbol colocado estratégicamente en un gran macetero “introduce un elemento de naturaleza que equilibra la paleta de colores y aporta frescura”. Nos encanta este salón en el que Gutiérrez ha reinterpretado fantásticamente bien elementos tradicionales con un toque moderno.
4. Blanco y color en un diseño sobrio y al tiempo acogedor
“En este salón, el blanco actúa como un lienzo que resalta cada detalle del diseño. El suelo de roble aporta una base cálida que contrasta delicadamente con las paredes blancas y las molduras clásicas. Este enfoque minimalista crea una sensación de amplitud y luz, ideal para un espacio destinado a la reunión y el descanso”, cuenta Gutiérrez.
La interiorista introduce toques de color cuidadosamente equilibrados a través del mobiliario. Así, un sofá azul con textura, y las obras de arte en tonos vivos, agrega profundidad sin romper la armonía general. Las butacas grises y las mesas auxiliares complementan el conjunto, mientras los accesorios y plantas seleccionados aportan un toque de vitalidad y naturaleza. Sin duda, se trata de “un diseño que demuestra que un enfoque sobrio puede ser igual de vibrante y acogedor”.