Fernando Higueras proyectó en 1983 Las Terrazas de las Lomas del Marbella Club, dos pirámides de cuatro plantas escalonadas, con amplísimas terrazas íntimas. Uno de sus apartamen- tos ha sido objeto de la reforma de Burondo, el estudio madrileño con las arquitectas Isabel y Beatriz Blanco al frente. El edificio está rodeado de un paisaje muy natural y con vistas al mar, y con espacios amplios y bien iluminados. Las formas curvas del edificio entran en la vivienda suavizando la circulación y ordenando el espacio. Conseguir una atmósfera calmada y honesta era el requisito, por ello se han utilizado materiales nobles como la piedra, en todos los planos horizontales, y la madera de roble en los verticales. Los tabiques curvos acentúan la presencia de la arquitectura de Higueras.

La cocina, realizada por los carpinteros locales de la obra, tiene una primera vista despejada donde la protagonista es la piedra Marquina, utilizada también en los baños. Para intentar que no hubiera pasillo y que el espacio quedara ordenado se ha proyectado una pared con una hornacina que da acceso a ambos dormitorios con baño en suite. El salón comedor está conectado con un panelado que incorpora y oculta almacenamiento. Es una casa pensada para una vida mediterránea tranquila y relajada, donde la mayor parte del tiempo transcurre en una terraza que enlaza con los interiores de forma muy natural, a través de grandes ventanales, la continuidad de la caliza del suelo y una suave paleta de colores en tonos tierra.