Esta es la historia de cómo una construcción de principios del siglo pasado que fue una vivienda económica y luego un establo y después un garaje se convierte, mediante un proyecto del estudio holandés Zecc Architecten, en el taller de un artista del acero con fachada de acero corten. Afinidades entre la tradición edilicia de un lugar (en este caso, un barrio popular de la ciudad holandesa de Utrecht), la arquitectura, el arte y un material específico. La casa se llama Steel Craft, y el proyecto ha mantenido la estructura original de la planta baja, la puerta y las paredes de ladrillo. Añadió una nueva estructura de madera, de dos niveles, en la parte superior del nivel inferior, y revistió la fachada de las tres plantas con acero corten. En este punto, confluyen dos actuaciones.

Por un lado, la realización del proyecto arquitectónico y, al mismo tiempo, el cliente construyó, por su cuenta, la Casa de la Artesanía de Acero, con la ayuda de artesanos. El conjunto llevó diez años de trabajo, pero el resultado, literalmente, salta a la vista. "Elegimos una estructura de madera, porque es un sistema más duradero y flexible, porque teníamos que trabajar con una construcción ligera sobre los cimientos existentes", han explicado miembros del equipo de Zecc Architecten. El acero corten de la fachada frontal es expresión de la artesanía que se cproduce tradicionalmente en el barrio, y sus pobladores manifiestan apego a ese material. La operación, por lo tanto, ha triunfado notoriamente en todos los campos. Por un lado, el artista que convierte ese material en objeto significativo más allá de su uso: enaltece el acero con creaciones. Por otro lado, el rojo óxido (que también cubre la chimenea y la buhardilla) recoge los matices rojizos de los ladrillos de las casas vecinas, a ambos lados. A primera vista, saltan las diferencias. Una buena mirada apreciativa, reconoce el diálogo integrador entre el tono oxidado del corten y la pátina matizada del ladrillo holandés arquetípico.