Aunque se haya actualizado recientemente el Código Técnico de la Edificación (CTE) para converger con la obligatoriedad de que a partir del 1 de enero de 2021 todos los edificios de nueva construcción en el territorio de la Unión Europea sean Edificios de Energía Casi Nula (NZEB), España va un poco a la zaga respecto de otros países de Europa en cuanto a la adopción de una arquitectura más sostenible. Pero al menos puede presumir de tener la casa más sostenible del continente.
Así lo proclama la firma Arquima, especializada en construcción pasiva industrializada con madera, que ha concluido en Sant Andreu de la Barca, municipio del área metropolitana de Barcelona, la primera vivienda en Europa con la doble máxima certificación en sostenibilidad y eficiencia energética: Passivhaus Premium (Passivhaus Institut) y 5 hojas VERDE GBCe (Green Building Council España).
Para tener una idea más clara del hito, en la actualidad solo existen 19 viviendas en el mundo certificadas Passivhaus Premium y solo hay una vivienda prototipo GBCe 5 Hojas VERDE. La singularidad de este proyecto de Arquima es que dispone de ambas certificaciones.
La casa proyectada por el propio equipo de diseño de la firma lleva al límite las sensaciones: dentro de sus cuatro paredes el ruido de los coches es imperceptible, no hay corrientes de aire y la temperatura no varía de una habitación a otra, manteniéndose constante entre 22 y 24 grados.
La demanda energética de la casa en calefacción y refrigeración es de 10kWh/m2. Según José Antonio González, fundador y CEO de Arquima, “esto se traduce en un ahorro energético de más del 90% respecto a viviendas construidas según el Código Técnico de Edificación (CTE) de 2006, y en torno al 50% con la actualización del CTE que ha entrado en vigor este 1 de enero”.
Para la fabricación de la estructura se ha utilizado abeto de clase resistente C24 con una humedad inferior al 15%, mientras que para las fachadas y exteriores la empresa ha optado por madera Douglas sin albura, que confiere una durabilidad del todo natural y no necesita ningún tipo de mantenimiento. Además, la fachada se ha tintado en color gris con efecto de madera envejecida, característica que disimula los signos del paso del tiempo.
La certificación Passivhaus se basa en cinco criterios fundamentales a la hora de concebir un edificio. Todos ellos buscan incidir en distintos factores para lograr que el consumo energético del edificio sea el más bajo posible, sin desatender la funcionalidad ni la salud. Más allá del análisis del entorno y la orientación del edificio, que pueden ser distintos en cada proyecto, estos principios básicos pueden aplicarse a cualquier edificación: excelente aislamiento térmico; ventanas y puertas de altas prestaciones; ausencia de puentes térmicos; hermeticidad al aire y ventilación mecánica de doble flujo con recuperación de calor.
Por su parte, la certificación GBCe mide el nivel de sostenibilidad de un proyecto mediante un sistema de puntuación que da por resultado un número de hojas, con un máximo de 5. Los criterios a tener en cuenta son: la ubicación del edificio, la calidad ambiental interior (aire, luz, ruido, confort), la gestión de los recursos (energía, agua, materiales), la integración social (accesibilidad, formación, comunicación) y su calidad técnica (monitorización, documentación, mantenimiento).
Suscríbete a nuestra newsletter para conocer cómo son las casas más eficientes y sostenibles del mundo.