Quien acude al estudio de Jim Dierckx busca vestir su vivienda de sencillez, materiales cálidos y puros y funcionalidad. Especializado en diseños residenciales de alta gama, dota a sus proyectos de una atemporalidad manifiesta, como demuestra esta mansión de tres pisos y 500 metros cuadrados ubicada en el centro de Amberes, cuyos dueños decidieron rehabilitar por completo para rescatar su gloria perdida.
Dierckx se encargó de devolverla a sus orígenes y de recuperar el esplendor de sus fachadas interior y trasera. Restauró molduras en algunas estancias, como en el gran vestíbulo de la entrada, y añadió otras a la mayoría de las habitaciones, que se transformaron notablemente. También cambió todos los suelos y conectó la cocina con el primer piso con una escalera de caracol. La escalera preexistente se mantuvo, si bien la barandilla estaba abierta y se cerró.
De techos altísimos y poca profusión de muebles y de piezas decorativas, la residencia está pensada al detalle. Los pisos, por ejemplo, son prácticamente diferentes en cada habitación. Y hay un amplio abanico: terrazo en la cocina y el recibidor, parquet de espiga en el comedor, en la sala de estar y en el despacho, tarima punta Hungría en la habitación principal…
Llama la atención la sobriedad cromática. Dominan la paleta los blancos, los castaños, los grises y negros. Fuera, el verde de los árboles que circundan la casa, y que se cuelan en ella gracias a unos ventanales muy generosos que invitan a la luz a irradiarlo todo.