Las instalaciones para el esquí en CopenHill cuentan con una superficie de 9.000 m2. Para subir a lo más alto de la pista, se usa un ascensor panorámico que mientras asciende permite ver como se realiza el proceso de incineración y reciclaje de la planta de residuos. Una vez arriba, se encuentra un trazado de 500 metros de longitud cuya superficie es de Neveplast, un material sintético fabricado por esta empresa italiana, usado por decenas de instalaciones de esquí y snowparks secos.
Esta pista se divide en diferentes tramos. Así, el esquiador o snowboarder empieza descendiendo por una pendiente de dificultad clasificada como negra. Una vez llega al giro se convierte en azul y, en su parte final, tiene unos 100 metros de clasificación verde.
Para los que quieran moverse por la zona de más dificultad, encontrarán arriba un telesquí de 185 metros de largo, que salva un desnivel de unos 45 metros. A lo largo de la pista se han plantado árboles para dar una mayor sensación de montaña y para poder esquiar entre ellos en algún tramo.
Se podrá hacer esquí y snowboard también por la noche. La electricidad de la iluminación proviene de energía verde transformada en la propia planta de reciclaje. ¿Te apuntarías a esquiar sobre una planta de tratamiento de residuos?