Durante estos días terribles en los que estamos oyendo hablar a diferentes expertos, desde meteorólogos a geólogos, ingenieros, urbanistas o arquitectos, sobre qué se podría haber hecho para evitar el desastre que están viviendo en Massanassa, Alfafar, Aldaia, Picanya, Ribarroja, Cheste, Paiporta o Algemesí, todos concluyen en que la fuerza de esta DANA en la Comunidad Valenciana era imprevisible, pero sus gravísimas consecuencias, con centenares de muertos y desaparecidos e incalculables daños económicos, sí podían haberse mitigado. La arquitectura y el urbanismo pueden hacer mucho en este sentido.

Transformar los cauces de los ríos, diseñar zonas inundables y recuperar espacios en desuso mejora la relación con nuestro entorno y la resistencia de las ciudades

Las tormentas en el Mediterráneo están ganando fuerza y su capacidad destructiva es mayor porque las lluvias torrenciales provocan crecidas inesperadas en el caudal de los ríos. En septiembre de 2023, la tormenta Daniel provocó catastróficas inundaciones, con más de 10.000 muertos en varias ciudades del este de Libia, que hoy siguen en una situación precaria. Cuando las previsiones fallan, hay que disponer la manera de evacuar toda esa enorme cantidad de agua que cae antes de que llegue al centro de las ciudades y pueblos y arrase con todo lo que encuentra.

 

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El Parque del Agua de Zaragoza, del estudio Alday Jover, ofrece espacio de desbordamiento y de filtraje natural. En la imagen, el parque en 2008

El Parque del Agua de Zaragoza, del estudio Alday Jover, ofrece espacio de desbordamiento y de filtraje natural. En la imagen, el parque en 2008

CC BY 2.0

 

Es fundamental renovar los planes urbanísticos de muchas ciudades y municipios en función de lo que ahora estamos viviendo: un cambio climático que contribuye a que las borrascas y tormentas habituales durante el final del verano y todo el otoño sean cada vez más dañinas. Cauces de ríos recuperados y plazas y parques inundables, como el Parque del Agua de Zaragoza: un proyecto del estudio de arquitectura y urbanismo Alday Jover –Premio FAD 2009en la categoría Ciudad y Paisaje–, "que ofrece espacio de desbordamiento y de filtraje natural", son algunas soluciones, pero también es importante rehabilitar espacios perdidos o en desuso para poder disfrutar de mejores ciudades. En este artículo recopilamos cuatro proyectos en diferentes ciudades de España y Europa que demuestran cómo un buen diseño puede contribuir a evitar consecuencias devastadoras, pero también cómo es capaz de mejorar la relación de las personas con su entorno y transformar entornos hostiles en otros más amables.

 

Imagen del parque fluvial del río Besòs

Imagen del parque fluvial del río Besòs

Ajuntament de Barcelona

Transformación y recuperación del tramo final del río Besòs

En septiembre de 1962 el desbordamiento del Besòs provocó numerosas víctimas mortales y daños económicos en varios municipios. A raíz de aquello se canalizó el río y, años después, en 1996, se acometió un ambicioso plan, sufragado por la UE en su mayoría, para limpiarlo y, como se ve en la foto, ampliar su cauce desde Montcada y Reixac hasta su desembocadura en Sant Adrià del Besòs. A lo largo de 10 kilómetros se diseñaron nuevos accesos, puentes, diques neumáticos y un nuevo sistema de control y alarma hidrológico.

Los sistemas de drenaje de las terrazas agrícolas conducen el agua de lluvia a depósitos en los márgenes del vertedero. Mediante la energía de la reconversión del biogás se abastece el sistema de riego

Los sistemas de drenaje de las terrazas agrícolas conducen el agua de lluvia a depósitos en los márgenes del vertedero. Mediante la energía de la reconversión del biogás se abastece el sistema de riego

Jordi Surroca

Recuperación del antiguo vertedero de El Garraf, Barcelona

El exquisito proyecto de Batlleiroig y Teresa Galí-Izard en el Parque Natural del Garraf, Barcelona, sobre un antiguo vertedero que se usó durante 30 años, recupera 70 hectáreas transformándolas en un nuevo paisaje al que ha vuelto la vida. Lo más destacado es el uso de técnicas agrícolas aplicadas mediante un sistema de terrazas que, como los propios arquitectos explican, "responden a necesidades técnicas, pero también a la necesidad de cultivar un nuevo paisaje que se integre en su entorno". Además, el drenaje de las terrazas permite conducir el agua de lluvia hacia balsas de acumulación (ver foto) que sirven para riego durante el verano. Los arquitectos explican que la voluntad de esta restauración "no consiste exclusivamente en su reintegración al paisaje, sino que es también una muestra de las nuevas actitudes que la sociedad ha de emprender en relación con temas medioambientales".

Plaza inundable Bethemplein, en Róterdam. Proyecto: De Urbanisten

Plaza inundable Bethemplein, en Róterdam. Proyecto: De Urbanisten

De Urbanisten

Plaza del agua, Bethemplein, Róterdam, Países Bajos

Países Bajos es un país con una relación estrecha (y complicada) con el agua. Como en Valencia, las fuertes lluvias preocupan en ciudades como Róterdam porque hay zonas que se inundan. Para evitar este problema, o mitigar sus consecuencias, en el centro de la ciudad el estudio de urbanismo y paisajismo De Urbanisten diseñó hace ya una década una plaza que cuando llueve retiene el agua y cuando está seca es una cancha de deporte.

El proyecto es un ejemplo de cómo protegerse de las consecuencias del cambio climático y su modelo se ha copiado en ciudades como Copenhague, por ejemplo. Una de las cosas a resaltar es cómo quita presión al sistema de alcantarillado de la ciudad que, en Valencia, no ha podido absorber toda el agua que cae. La plaza cuenta con tres piscinas, dos de ellas poco profundas que recogen el agua de los alrededores (una de ellas en la foto) y una más profunda, en el centro de la plaza, capaz de almacenar más agua en caso de fuertes lluvias. Rodeada por una grada, esta gran piscina central es una cancha de fútbol sala y de baloncesto cuando está seca.

Parque West Gorton en Manchester

Parque West Gorton en Manchester

BDP

Parque West Gorton, Manchester, Reino Unido

Se conoce popularmente como el 'parque esponja', y cuando en enero de 2021 la tormenta Christoph dejó calles y casas inundadas en Manchester y sus alrededores, el West Gorton Community Park chupó miles de litros de agua, evitando un desastre mayor.

Tres años antes, en 2018, el Ayuntamiento de Manchester le había encargado al estudio de arquitectura y paisajismo BDP este proyecto dentro de un plan para combatir los efectos del cambio climático y reducir las inundaciones causadas las lluvias torrenciales en Manchester –Christoph dejó precipitaciones de hasta 200 mm por metro cuadrado– y que, obviamente, es extrapolable a otras ciudades. En colaboración con la consultora de ingeniería y diseño Arup, BDP diseñó "un parque sostenible de drenaje mediante canales, jardines de lluvia y elementos de bioatenuación", según lo describen en la web del estudio.