La catedral de Notre-Dame de París fue construida hace más de 850 años. Hoy vuelve a abrir sus puertas después de sobrevivir al colosal incendio de abril de 2019. Hay quien denomina su restauración "la obra del siglo". Lo cierto es que son muchos los artesanos que han puesto todo el oficio y las ganas para que este lugar sagrado vuelva a presentarse al mundo. "Habéis transformado el carbón en arte", declaró Emmanuel Macron durante el acto de re-inauguración. 

Diseñar el nuevo mobiliario litúrgico era una misión solo al alcance de los mejores. El Arzobispado de París escogió al diseñador y escultor Guillaume Bardet, conocido por su enfoque profundo y minimalista, tras un largo y riguroso proceso. El francés es el autor de cinco elementos clave: el altar, la cátedra y sus asientos, el ambón, el tabernáculo y el baptisterio. El material escogido por Bardet ha sido el bronce esculpido, dice, "por su estética poderosa, intemporal y luminosa", creando una armoniosa sinergia con el resto del interior de piedra y vidrieras del edificio. Y añade: "El bronce era la única manera de manifestar la existencia sin gritar, sin sobre-mostrar". El mobiliario se ha fabricado en la fundición Barthélémy Art de Crest (Drôme).

 

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El ambón de bronce tiene forma de T.

El ambón de bronce tiene forma de T. 

Julio Piatti

El ambón, caracterizado por su distintiva forma de T mayúscula que simboliza la libertad, fue el concepto inicial que tomó forma dentro de su visión. Asimismo, el baptisterio encarna la circularidad, permitiendo a los visitantes moverse sin esfuerzo dentro de su espacio. La intención de Bardet era adoptar formas orgánicas que evocaran un profundo sentido de permanencia y devoción espiritual.

"Quería formas naturales para una obra sobre lo inmutable", explica el diseñador. Sus excepcionales diseños lo consiguen: armonizan sin esfuerzo tradición e innovación, perpetuando un aura de santidad que trasciende las limitaciones del tiempo y deja una impresión duradera de asombro y reverencia.

El altar de Guillaume Baurdet, todo un símbolo de la renovada Notre Dame.

El altar de Guillaume Baurdet, todo un símbolo de la renovada Notre Dame.

Julio Piatti

La diócesis de París también encargó a Guillaume Bardet el diseño de objetos litúrgicos, concretamente los vasos sagrados. La colección de vasos sagrados incluye el cáliz y la patena, una custodia, un copón grande y varios copones pequeños, un incensario y una lanzadera, vinajeras, un aguamanil y una jofaina. De acuerdo con los requisitos litúrgicos, los vasos sagrados están hechos de metales preciosos, en este caso, plata y oro.

Concebido para la celebración de la Misa, el cáliz es la copa en la que se ofrece el vino. El nudo central del pie del cáliz tiene forma de cruz, recordando las palabras de Jesús en la Última Cena: «Esta es mi sangre, derramada por vosotros y por muchos». El cáliz tiene una altura de 27 cm, proporcional al tamaño del altar. La cruz tiene la misma forma que la de la tapa del baptisterio, creando una armonía estética. El interior de la copa es de oro pulido a espejo para resaltar la santidad del vino convertido en la sangre de Cristo.

Por dentro, la copa es de oro pulido a espejo.

Por dentro, la copa es de oro pulido a espejo. 

Étienne Castelein

"Somos ese pueblo de constructores. Tenemos tanto que reconstruir. Así que, sí, reconstruiremos la catedral de Notre Dame, y más bella aún, pero quiero que esto se realice en cinco años. Podemos", dijo Macron ante la gran puerta de una Notre Dame devastada. Parece que los tiempos se han cumplido y el compromiso de los artesanos como Guillaume Bardet ha resultado fundamental para conseguirlo.