A sus 39 años, Kim Kardashian es un referente en la cultura popular, una de las mujeres más buscadas del mundo. No solo por su fama, también por su estilo precursor a las tendencias. El nombre de quien hoy es una mediática celebridad empezó a escucharse en 2007, cuando empezó a aparecer en los medios por ser amiga y estilista de Paris Hilton, a quien acompañaba en los eventos. En octubre de 2007, se disparó su popularidad gracias a Keeping Up with the Kardashians. El show de E!, un reality show que reunía a la familia y mostraba su día a día.
Después de la televisión, la empresaria comenzó a construir un imperio ayudada por las redes sociales y con Instagram se convirtió en influencer. Ha lanzado fragancias con su nombre, una línea de maquillaje KKW, así como de ropa interior para moldear la figura que se han convertido en lucrativas fuentes de ingresos.
Kim Kardashian y su estilo han creado una estética propia: vestidos ultraceñidos con los que marcar curvas, corsés, tejidos brillantes, lentejuelas, transparencias hasta el extremo, sudaderas con blazers, pronunciados escotes y tacones (incluso con chándal) forman parte de su sello estilístico en el que la improvisación no tiene lugar. Aficionada a los retoques, en Estados Unidos y Sudamérica, la empresaria representa el ideal estético que muchos imitan: labios, pómulos, pecho y glúteos XL junto a una cintura de avispa. La imagen de la millonaria ha pasado a ser un ejemplo del mal gusto a referente para muchos, mundo del interiorismo incluido.
Kim Kardashian vive en Los Ángeles, California, junto a sus cuatro hijos y su marido Kanye West, rapero, empresario y diseñador , que como ha reconocido en más de una ocasión, es un apasionado de la arquitectura. La vivienda que comparten mantiene una cuidada estética gracias a los asesores encargados de su diseño. Hace unos meses, Kim Kardashian definió la mansión como un “monasterio minimalista”, ante las cámaras de Vogue USA. La residencia habitual de la mediática pareja se ubica en el condado de Los Ángeles (California, EEUU) y se trata de una propiedad adquirida en 2014 por 20 millones de dólares y renovada a su gusto.
La residencia forma parte de Hidden Hills, una comunidad exclusiva, en donde vive el matrimonio junto a sus hijos la mayor parte del tiempo y la celebridad televisiva la ha mostrado tanto en redes sociales como en revistas norteamericanas. En su interior, lejos de imperar la opulencia, la decoración es un alarde de minimalismo y sencillez. Para conseguirlo, la pareja se ha dejado asesorar por los grandes referentes especialista en aplicar la filosofía de la reducción a lo esencial en el mundo de la arquitectura y el diseño de interiores. Un mundo que ha fascinado al rapero Kayne, desde su infancia en Chicago, tal como ha asegurado. El músico acompañaba a su padre a los almacenes Barnes & Noble y aprovechaba para ver revistas de diseño, moda y rap. A medida que su carrera despegó y acumulaba fortuna, Kanye comenzó a convertirse en un habitual de las ferias internacionales de diseño.
Las peregrinaciones de la pareja a través del mundo del diseño internacional los pusieron en el camino del ilustre diseñador y creador belga Axel Vervoordt, a quien Kanye conoció en ferias y exposiciones de antigüedades en Maastricht y Venecia.
Anticuario, galerista y filósofo, Vervoordt imprime su sensibilidad estética en los espacios con armonía y serenidad apoyándose en el minimalismo y prescindiendo de artificios. El belga, que ha firmado casas de otras celebridades como Robert de Niro o Bill Gates, ha vestido su casa californiana creando un oasis de pureza y luz con pocas piezas. El mobiliario, mantenido al mínimo, consiste principalmente en los diseños característicamente sutiles de Vervoordt y se acompañan de obras de artistas como Royère y Pierre Jeanneret.
Además de Vervoordt, el mediático matrimonio ha contado con la experiencia y el gusto estilístico de otros popes del diseño para sus viviendas. También el belga Vincent Van Duysen ayudó a amueblar la sala de estar y las habitaciones de los niños de la singular residencia californiana, y el arquitecto minimalista Claudio Silvestrin, que trabajó en el loft de Kanye, diseñó el voluminoso baño principal. En el exterior, Wirtz International Landscape Architects, bajo la dirección de Peter Wirtz, supervisó el diseño de los jardines en los que el verde es el gran protagonista.