Cualquier gesto, por pequeño que sea, es de vital importancia en estos momentos en los que el Covid-19 se está expandiendo a una velocidad vertiginosa no solamente en nuestro país y en Europa, sino en todo el mundo. Más allá del hallazgo de una posible vacuna, son muchísimos los diseñadores y arquitectos que actualmente están remando en la misma dirección para combatir al virus. Sin ir más lejos, el estudio italiano Carlo Ratti Associati y el arquitecto Italo Rota acaban de presentar CURA, unas estructuras temporales que puedan desplegarse rápidamente, como las carpas hospitalarias tradicionales, pero con un alto nivel de biocontención para evitar la propagación del virus. Construidas dentro de contenedores de envío reutilizados de 6,1 metros de largo, estas unidades a modo de UCI provisionales contarían con un sistema de ventilación que genera presión negativa en el interior, una técnica común empleada en los centros hospitalarios y los laboratorios para evitar que escape el aire contaminado.
Tal es la situación que personalidades como Elon Musk, el fundador de Tesla Motors o SpaceX, ha cambiado radicalmente de parecer recientemente. Si bien hace escasos días declaró que "el pánico al coronavirus es tonto", ahora no solamente ha donado a las autoridades estadounidenses 1.225 respiradores que adquirió en China, sino que Tesla, del mismo modo que Ford y General Motors, han recibido la autorización para producir respiradores y otros artículos necesarios para combatir el brote. Lo mismo está realizando en estos momentos la start-up italiana Isinnova a través de sus impresoras 3D (en lo que a respiradores se refiere), así como en España la firma Renault, que ya tiene a pleno rendimiento una veintena de este tipo de impresoras para repartir un gran número de mascarillas entre diversos hospitales y residencias de ancianos.
También de España proviene el hospital hinchable de 1.000 metros cuadrados que recientemente ha llegado a la ciudad mexicana de Pachuca. La empresa de Girona Tecnodimensión, fundada por Jesús Pallarès, lleva tiempo creando todo tipo de hinchables. No obstante, ante la actual coyuntura internacional tiene una larga lista de encargos para fabricar centros hospitalarios temporales cien por cien reciclables que, entre otras particularidades, aguantan ráfagas de viento de 100 kilómetros por hora.
La industria de la moda, como no podía ser menos, también es una de las que más se está volcando a esta guerra que nos atañe a todos. En Francia el grupo LVMH ha frenado la producción de perfumes y cosméticos de Givenchy, Christian Dior y Guerlain por los geles desinfectantes. Y Kering, que cuenta con firmas como Saint Laurent o Balenciaga, va a fabricar mascarillas tan pronto reciba la autorización del gobierno francés.
Desde la Asociación Creadores de Moda de España (Acme), un buen número de diseñadores de moda patrios se han puesto en contacto para ofrecer sus talleres de costura y hacer mascarillas y batas para los hospitales o residencias que más lo necesiten. Creadores como, entre otros, Maya Hansen, Andrés Sardá, Juan Avellaneda, Rocío Osorno, Vicky Martín Berrocal o Ion Fiz se han puesto manos a la obra de forma altruista. A todos ellos, mil gracias.