Traducido al español Issey significa "una vida" y Miyake "tres casas", se graduó en Diseño Gráfico y hasta diseñó una colección de lámparas. Así que, que le rindamos un homenaje a este genio, es una obligación que hacemos de mil amores. Porque con Issey Miyake se ha ido una mente rompedora, que fue capaz de combinar diseño y tecnología de una manera única, hasta el punto de revolucionar sobre todo, el panorama convencional de su país de origen, Japón.
Nació en Hiroshima en 1938 y sobrevivió a la bomba atómica. Incluir ese hecho en una biografía está claro que determina la personalidad de cualquiera. Y Miyake no iba a ser menos. Se graduó en Diseño Gráfico en Tokio y se mudó a París y Nueva York para trabajar en Givenchy. Pero decidió regresar a su país natal para revolucionar, a su manera, el concepto del diseño de moda, a caballo entre tradición e innovación.
Fue el abanderado del llamado grupo "Los tres grandes", junto a Yamamoto y Kawakubo que agitaron la industria en los años 70. Su primer gran hito y probablemente el que marcó su carrera fue la aplicación de una nueva técnica conocida como "Pleats Please", (plisados, por favor), un experimento que tiene su origen en el origami japonés por el que ha pasado a la historia de la moda y que compartía con su gran amigo Tadao Ando, el autor del pliegue de cemento en una arquitectura que aquí conocemos (y admiramos) mucho, y con quien fundó un museo llamado 21_21 Design Sight en Japón. Un detalle: Zaha Hadid se declaraba fan absoluta de sus prendas plisadas.
Con la naturaleza como referencia buscó una moda "habitable" pero con movimiento. Intentaba tratar la ropa como arquitectura para el cuerpo, mezclando tecnología y métodos de hilado japonés, dando origen a telas cada vez más ligeras que hacían las veces de una segunda piel. Ese derroche de creatividad lo trasladaba incluso a sus tiendas, en las que se implicaba personalmente en su diseño y siempre trabajaba con amigos arquitectos. Los mismos que diseñaron algunos de los frascos más emblemáticos de su perfume L’Eau d’Issey, como Ettore Sottsass. Y hasta se atrevió con el diseño de lámparas: las IN-EI de poliéster reciclado y colgantes para Artemide, son suyas.
Obtuvo el Praemium Imperiale de Escultura en 2005, un galardón que otorga la familia imperial japonesa, y el Premio Kioto de Arte y Filosofía en 2006. "La curiosidad y la felicidad son el núcleo de mi trabajo". Gracias Miyake-San, como le llamaban en su estudio, Señor Miyake, siempre de usted. Con el respeto que hay que mostrar al gran caballero del diseño que fue.