Si no sabes cómo aprovecharlos, los áticos son esos espacios que terminan convertidos en pesadillas estéticas y funcionales. Si entre tus planes está decorar con éxito una casa en las alturas, toma nota de los consejos de la interiorista Meritxell Ribé, al frente de The Room Studio. "Las paredes inclinadas y los techos bajos pueden parecer limitaciones, pero con una perspectiva diferente, pueden convertirse en los elementos más atractivos de tu hogar", dice la experta que comparte lo que sí debes hacer y lo que debes evitar a toda costa si no quieres sufrir decorando tu ático.
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SÍ: juega con las alturas
"En lugar de ocultar las inclinaciones del techo, hazlas protagonistas. Usa la asimetría a tu favor con estanterías, mobiliario a medida o incluso obras de arte grandes en esas zonas donde la mayoría vería un obstáculo.
Si tienes una pared inclinada, no es el fin del mundo; es una oportunidad para romper esquemas. Los juegos de alturas nos dan una profundidad increíble y crean espacios singulares y con mucha personalidad. Eso sí, no trates de imponer una lógica que no va con el espacio. Adapta tu diseño a las formas, no al revés".
NO: olvídate del 'menos es más', porque aquí no aplica
"El mantra de 'menos es más' no es la respuesta para todo, y menos en un ático. No lo vacíes con miedo a sobrecargarlo. Llénalo con piezas que valgan la pena, que hablen de ti, que aporten algo. No caigas en la tendencia aburrida de dejarlo todo blanco y vacío.
Aquí puedes cuestionar la tendencia minimalista que siempre se recomienda para espacios pequeños. En su lugar, defiende el uso del maximalismo controlado, apostando por texturas, colores y detalles que enriquezcan el espacio sin sofocarlo. Es importante controlar factores como la gama cromática, estilo, texturas, detalles para crear un espacio lleno, pero completamente equilibrado.
Si tu ático tiene carácter, déjalo salir. Un espacio pequeño no necesita ser insulso para verse ordenado. Añade texturas, colores y objetos que hagan que el espacio cuente una historia".
SÍ: domina la luz, no te limites a aprovecharla
"Claro, la luz natural es genial, pero no te límites a 'aprovecharla'. Tienes que ser tú quien la controle. La luz puede cambiarlo todo, pero solo si la dominas. Debes controlar la atmósfera a tu antojo
El clásico "aprovecha la luz natural" puede tener un giro distinto si le añades una capa de estrategia, como usar espejos colocados en puntos inesperados o atreverte con cortinas oscuras que jueguen con la luz. Los contrastes son realmente enriquecedores en estos espacios.
La luz artificial es el toque final que transforma cualquier espacio, siempre que esté bien estudiada. Olvídate de soluciones uniformes: juega con diferentes escenas y atmósferas que realmente seduzcan y cautiven".
NO: no te aferres a los muebles estándar
"Un mueble a medida puede ser la diferencia entre un ático que parece improvisado y uno diseñado con cabeza. Uno de los errores más grandes que puedes cometer es llenar un ático con muebles de dimensiones estándar. Los áticos requieren un enfoque más personalizado. Un mueble a medida puede resolver más de un problema de espacio, y, lo mejor, puede convertir una pared complicada en una pieza visual impactante.
Los muebles que encuentras en tiendas convencionales no están hechos para un ático. Si intentas meterlos a la fuerza, lo vas a lamentar. Haz que tus piezas se adapten al espacio, no al contrario. El 'más o menos' aquí no existe."
SÍ: divide para conquistar
"Aprovecha la singularidad de los áticos para crear zonas con carácter propio, usando elementos como biombos, cortinas gruesas o muebles multifuncionales que delimiten áreas sin perder el flujo. En un ático, las reglas de espacio abierto no siempre se pueden aplicar. Es tu espacio, divídelo como te plazca, pero con estructura.
Un ático no es un loft diáfano, así que no te sientas obligado a dejar todo abierto. Divide las áreas de forma estratégica. Los espacios abiertos están bien, pero no en un ático donde cada centímetro cuenta. Usa una librería abierta, una alfombra o un sofá para crear zonas sin perder la fluidez del espacio".
NO: evita el miedo a los colores oscuros
Contrario a la creencia popular, los colores oscuros no empequeñecen los espacios. Al contrario, añaden profundidad y crean escenas envolventes, algo especialmente útil en un ático donde las formas pueden ser desconcertantes. Prueba de pintar tonos oscuros en paredes inclinadas o en techos bajos para transformar lo que parece una desventaja es un acierto de diseño. Cierra con una nota fuerte, reforzando que la clave está en romper con las convenciones y no tener miedo de crear un espacio único y personal.
Los colores oscuros son perfectos para áreas difíciles como esquinas o techos bajos. Un azul marino o un verde oscuro pueden aportar un aire sofisticado y hacer que los elementos arquitectónicos más incómodos se conviertan en un plus. No te limites a los tonos claros por inercia.
SÍ: atrévete con materiales poco convencionales
¿Quién dijo que los áticos tienen que ser todos iguales? Rompe con los clichés de la madera y las paredes blancas. Un ático tiene el potencial de ser un espacio sorprendente si te atreves a ir más allá de lo esperado. Mezcla materiales, como metales, hormigón, y texturas audaces para crear contraste y dinamismo. El secreto está en no tener miedo a lo diferente.
No te limites a lo convencional. Un muro de hormigón visto junto a una pared de madera puede hacer maravillas en términos de equilibrio entre lo frío y lo cálido. Usa alfombras con textura para darle profundidad al suelo o papel tapiz con patrones atrevidos en puntos estratégicos. Los materiales no solo deben complementar el espacio, deben dominarlo y dotarlo de personalidad y estilo".
NO: no sobrecargues con decoración inútil
"Aunque el maximalismo es una opción válida como hemos dicho antes, no lo confundas con llenar el espacio de objetos sin propósito. Cada pieza que pongas debe tener una función clara, ya sea práctica o estética. Un ático no soporta bien el desorden visual.
Elige piezas con historia o significado personal, pero no lo conviertas en un museo de cosas sin sentido. En un ático, cada objeto debe tener un motivo para estar allí, si no tiene un propósito, no tiene lugar".