Al este de la ciudad andaluza de Málaga, España, sobre la ladera sur de un monte bañado por el Mediterráneo se encuentra la urbanización de Pinares de San Antón, donde se encuentra esta casa que destila modernidad tras la intervención del equipo de Klic Arquitectos. "El hallazgo de esta vivienda supuso encontrar un diamante en bruto. Desde el primer recorrido por sus estancias era evidente su potencial espacial y la calidad de sus vistas privilegiadas hacia el valle y el mar", dice Juan Goñi, cofundador del estudio.

Antes de la reforma, la casa ofrecía ya una doble altura en la sala principal y rincones bañados de luz natural, cualidades que sus nuevos propietarios y el equipo de diseño supieron apreciar de inmediato. Ubicada en un entorno tranquilo, rodeada de vegetación autóctona y con un amplio jardín, el escenario estaba listo para una transformación que revalorizara su esencia original.

Los nuevos dueños de Casa Aroa, una pareja holandesa, llegaron con la ilusión de convertir aquel refugio mediterráneo en su hogar soñado. Él, consultor en una firma de consultoría, y ella, directora de estrategia e innovación en una empresa global de muebles del hogar, buscaban ante todo autenticidad y calma tras sus vidas laborales ajetreadas. "En sus peticiones al estudio dejaron claras sus aspiraciones: querían una casa con riqueza espacial, donde cada ambiente tuviese algo que contar; espacios que permitieran contemplar el mar y el cielo desde cada rincón, creando una conexión interior-exterior fluida y perfecta", dicen desde el estudio encargado de materializar sus deseos. "También manifestaron una sensibilidad especial hacia la materialidad: anhelaban que la renovación realzara texturas naturales, que la casa se sintiera auténtica, alejada de artificios", apuntan. 

La pareja imaginaba amaneceres suaves inundando de luz la cocina, tardes de verano difuminando el límite entre la terraza y el salón y noches apacibles arropadas por materiales honestos y acogedores. "Soñaban con un hogar contemporáneo que no perdiera la magia mediterránea de la construcción original", cuenta Goñi. Con estas premisas, encargaron a Klic Arquitectos una intervención que respetara esa esencia y diera respuesta a sus deseos de amplitud, paisaje y materialidad.