No es habitual encontrar una casa con tres cocinas. Pero la cosa cobra todo el sentido cuando averiguamos que el punto de partida del diseño de esta vivienda son los típicos txokos vascos, sitios pensados para el disfrute gastronómico en comunidad. Inspirándose en estos espacios, la gallega con despacho en Madrid Lourdes Martínez Nieto ha creado una casa de algo más de 500 m2 eminentemente social, sobre todo en la planta baja, con estas tres cocinas (una exterior) con sus correspondientes comedores. La primera de ellas se inserta en el centro neurálgico de la vivienda, donde comparte espacio con una mesa para seis comensales y el salón. La segunda cocina es más pequeña, pero está acompañada por otra mesa de hasta diez plazas, y la tercera, también con su propio comedor, se sitúa en el exterior, proponiendo una experiencia diferente para los meses de verano.

casa lourdes

El amplio porche posterior aloja un espacioso comedor exterior con cocina a la derecha.

Belén Imaz

Aunque el País Vasco marca el espíritu del interior, fuera reina la sierra madrileña. Y esto no pasa desapercibido a la interiorista, que ha resuelto un proyecto contemporáneo, pero al mismo tiempo respetuoso con el entorno rústico que lo acoge. “La casa propone un equilibrio perfecto entre modernidad y tradición, fusionando la rusticidad típica del entorno con una estética contemporánea que se integra de forma natural en el paisaje”, resume la autora. En la planta baja, además de lo que ya se ha mencionado, queda sitio para la suite principal, con baño y vestidor. La planta de arriba, por su parte, está habitada por cuatro dormitorios y el resto de baños. “El volumen más alto proporciona privacidad y tranquilidad en contraste con el dinamismo de la zona social”.

La idea de continuidad y apertura al paisaje es una constante en todos los espacios. Los grandes cerramientos de cristal con carpintería metálica se presentan como una invitación a mirar hacia fuera y también a salir y comprobar qué temperatura hace, aunque solo sea para darle la razón a la estación meteorológica. Materiales naturales son protagonistas en la composición, mientras que detalles en acero y latón aportan el necesario toque sofisticado. La piedra se emplea para los volúmenes que asoman al paisaje, mientras que el revoco de cal se utiliza en la parte posterior para crear un sutil, pero efectivo, contraste.

salón

En el salón, sofá Oda XXL, de Studio Bañón; butacas, de Rue Vintage 74; mesa de centro con jarrones antiguos, de Tristán Domecq Casa; peana con vasija, de Berenis, y cortinas de lino y alfombra, de Zigler.

Belén Imaz

En el interior, materiales más ricos como mármoles y cuarcitas elevan el ambiente, aportando distinción y confort sin perder el carácter rústico que dicta el entorno y que desean los propietarios. Techos con vigas de madera dialogan con obras de arte puestas sobre peanas. Y cortinas de lino actúan como vaporosas guardianas de la intimidad. “Cada rincón está pensado para ser un espacio de disfrute, ya sea en el día a día o durante los momentos de ocio”, dice Martínez Nieto sobre esta casa de la que es difícil desprenderse. Todo un referente contemporáneo en el que la cerámica juega un papel importante, con recipientes que decoran el salón o que habitan con naturalidad las cocinas. Platos de muy buen gusto.

 Despacho pensado para el disfrute Belén Imaz