Muy cerca de Santiago, en un paraje rural de la provincia de Compostela, amparado por la estampa natural que solo el norte de España es capaz de ofrecer, se han levantado tres cabañas concebidas para el descanso destinadas a convertirse en la perdición del viajero. Esta propuesta, que promueve el turismo rural, sostenible y respetuosos con el medio, cuida la coherencia en cada detalle y en cada momento. El conjunto recibe el nombre de MU_Moradas no Ulla, se encuentran en una extensa finca de 42.000 metros cuadrados y son todo un guilty pleasure para amantes de la arquitectura y diseño. 

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La sencillez del diseño de cada cabaña, un interiorismo de inspiración nórdica, la calidez de la madera de pino ecológico como material principal y la selección de un paisajismo naturalista acorde e integrado determinan este proyecto. "MU_Moradas no Ulla, es un alojamiento de tres cabañas para alquiler turístico y una más que nos sirve de recibidor. Es el resultado de la búsqueda de un negocio que aunara algunas de nuestras pasiones, naturaleza, arquitectura y diseño, y el modo de vida rural", cuenta Fran Devesa, que junto a su pareja Pilar y el arquitecto Fran Piñeiro se embarcó en este proyecto. Cada cabaña tiene capacidad para acoger a dos adultos y un niño en una superficie interior de 27 metros cuadrados y una terraza exterior de 9.

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Como explica Devesa, “cada cabaña es un solo módulo transportable y por este motivo al concebir el proyecto estuvimos condicionados por las limitaciones en el tamaño, ya que para transportarse no podíamos excedernos de unas medidas, pero a su vez, también era una ventaja a la hora de maximizar los recursos energéticos”. Cada cabaña está provista de un baño con ducha de chorros de hidromasaje, amenities ecológicos,   cama de 150 cm, cocina, zona de estar con sofá cama, aire acondicionado, calefacción, TV, wifi, libros y juegos.

 

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“El diseño es de líneas limpias y sencillas y entre los materiales empleados en su construcción destacan la madera de pino local y el metal para la estructura. En el interior la madera de pino trasmite una calidez, luz y olor muy especial”, cuenta su propietario, que añade: “Casi todo el mobiliario empleado ha sido diseñado por nosotros, salvo los sofás que son de Zeal y las mesitas de Zara Home o Ikea”.

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El proyecto se abrió en agosto de 2018. Y si todo se ha cuidado en el interior, igual han hecho con el terreno circundante. “El paisajismo naturalista y la repoblación de árboles autóctonos, como abedules, hayas o fresnos, ha corrido a cargo de Miguel Lois”, relata Devesa quien, visto el éxito de este proyecto, actualmente trabaja en otro que ya tiene nombre: Larwood, que se centra en espacios transportables, para vivir, trabajar, jugar...