La primera vez que Bárbara Aurell y su equipo de Espacio en Blanco entró a esta casa de 200 metros cuadrados en Tres Torres (Barcelona) se encontró con un piso que no se adecuaba al estilo de vida de una familia formada por un matrimonio que deseaba una vivienda luminosa y funcional para ver crecer a sus tres hijos. Después de eliminar todos los tabiques y tras crear espacios polivalentes para distintas funciones, la interiorista cumplió los deseos de sus propietarios jugando con ángulos curvados que ofrecen una circulación más agradable y bañados por la luz natural.