¿Y si un piso de 24 metros cuadrados se convirtiera en el más inspirador de todos los que verás hoy? Podría ser el caso de este, un mini piso en París que lleva la firma de Anne Rolland. La arquitecta ha transformado un espacio olvidado desde hace la friolera de 70 años en un lugar habitable, acogedor y moderno. Para ello, ha recurrido a un enorme cubo de madera que actúa como distribuidor y que incluye un armario, un escritorio y una plataforma sobre la que se sitúa el dormitorio. Con un presupuesto de 70.000 euros, Rolland ha cogido esos metros y los ha convertido en un hogar.