Camuflarse entre la vegetación autóctona de olivos, palmeras, naranjos y limoneros, y también con las casas del entorno y hacerlo con materiales y formas de construcción tradicionales. Es lo que persigue esta casa de campo en Biniali, una aldea de Sencelles, en Mallorca. La idea principal de este proyecto de obra nueva ideado por Estudio Cano Arquitectos (ECA) era dar la impresión de que esta casa rústica siempre ha estado ahí.

En palabras del despacho, que continúa la tradición constructiva familiar iniciada en los años sesenta en Palma, “la propuesta busca respetar los principios y el lenguaje de la arquitectura tradicional de la zona, utilizando materiales locales, como piedra, cañizo y gresite terroso en la piscina, y adoptando un enfoque que emule la estética de las edificaciones ya existentes”. Para ello es clave el diseño de la fachada con ventanas de diferentes tamaños y ubicadas en posiciones que en lugar de seguir una retícula ordenada responden a puntos de vista concretos. “Esta disposición crea un cierto desorden visual que refuerza la sensación de que la casa ha evolucionado a lo largo del tiempo”, dicen. El dueño compró el proyecto a una promotora que planeaba hacer tres o cuatro dormitorios y tuvo la suerte de poder modificarlo a tiempo.

Pasillo cocina comedor

En el paso de la cocina al comedor, mesa auxiliar N-CT01, de Norm Architects para Karimoku, en roble y mármol, y esferas de barro, de Jaume Roig.

Neus Pastor | Estilismo: Susana Ocaña

Como quería amplitud, en 485 m2 solamente hay un único dormitorio, “lo cual permite diseñar espacios más generosos, todos relacionados con patios interiores, e incluso algunos de doble altura”, indican. La distribución es sencilla: en la planta baja, una nave principal a doble altura aloja salón, comedor y cocina; y en la planta superior está el dormitorio, con vestidor y baño. “En una pastilla paralela adyacente se encuentran los patios que, intercalados, van arrojando luz sobre las estancias principales, el núcleo de escaleras y los baños, también relacionados con estos patios”, explican.

La altura de la casa, de 7,85 m, la compensan los patios que añaden una escala más humana. La luz natural se potencia con el uso de materiales naturales como cal, piedra balear, madera, lino y cañizo, que se unen a colores neutros, paredes blancas, suelos de Mortex y madera y carpintería negra. Esta última es uno de los elementos más cuidados en el diseño y se ha ideado en estrecha colaboración entre Alberto Cano –cofundador de ECA junto con su hermano Alberto– y Alumilux para alcanzar la máxima integración con espesores mínimos y manteniendo, a la vez, la estética de las casas rústicas. El estudio deja su sello en esta creación cumpliendo su objetivo habitual: “Lograr tanto la elegancia de los elementos arquitectónicos y las tradiciones constructivas locales como la sofisticación y los parámetros de diseño exigidos por la vida contemporánea”.