Heredó de su padre, ingeniero de profesión, la pasión por los grandes volúmenes y por los materiales sencillos y nobles aunque fue el cine su primera pasión. Ciudadano de la caótica ciudad brasileña de Sao Paulo, Marcio Kogan dio sus primeros pasos laborales compaginando el séptimo arte –ha dirigido el largometraje Fuego y pasión- y arquitectura, dando vida a nuevas formas de sentir los espacios al frente de su propio estudio MK27, que tiene un equipo de unos 30 arquitectos y su trabajo ha contribuido a modernizar su ciudad con proyectos como el Edificio São Vito, el Edificio Mirante do Vale y Casa P, aunque también cuenta con importantes proyectos por todo el mundo que le han llevado a cosechar premios internacionales: IAB (Instituto de Arquitectos Brasileños), Bienal de Arquitectura de San Pablo, Wallpaper Design Award, Prix Versailles, entre otros.
Kogan, además, ha sido nombrado miembro de honor del Instituto Americano de Arquitectos (AIA) y de los Consejos de MUBE (Museo Brasileño de Escultura) y MASP (Museo de Arte de San Pablo).
Defensor del brutalismo
Sus composiciones se caracterizan por las líneas puras donde el interior y el exterior se mezclan en sus proyectos así como el uso de los materiales crudos como la madera y la piedra. Espacios generosos que dialogan con el paisaje y dispositivos que parten de materialidades específicas para generar geometrías monumentales forman parte de la identidad de este arquitecto, uno de los grandes maestros de su país y uno de los mayores defensores del brutalismo carioca.
Una urbanización en Málaga
Toda esa pasión y forma de hacer las cosas ha dado sus frutos en los últimos años en nuestro país, concretamente con la promotora Caledonian, con quien el brasileño se estrenó en 2016 con un proyecto completo para una promoción exclusiva en la localidad de Pozuelo de Alarcón. Tras diversos proyectos en la capital y en Barcelona, el brasileño va a dejar su impronta en Finca Cortesín, un complejo residencial de lujo situado en el pueblo malagueño de Casares, entre Marbella y Sotogrande. Allí, en un terreno de 12.000 metros cuadrados, está proyectando Cortesin Residences, con 42 viviendas de entre 200 y 400 metros cuadrados, con vistas al Mediterráneo.
Sostenibilidad ante todo
Desde que en 2019 terminara su Catuçaba House en un remoto enclave de Brasil, Marcio Kogan prometió que, a partir de ese momento, sus proyectos serían lo más responsables posible con el medioambiente, algo que ha cumplido con nota y también está presente en las viviendas de Cortesin Residences, donde, la eficiencia energética es fundamental: la fachada será totalmente acristalada, la cubierta, los revestimientos, la impermeabilización e incluso las instalaciones de calefacción, climatización, ventilación, carpintería exterior, fontanería, electricidad y telecomunicaciones están diseñadas para garantizar alta eficiencia energética y un consumo bajo según los patrones LEED Platinum, el certificado de construcción sostenible más potente y exigente del mundo.
Por supuesto, la nueva promoción contará con geotermia para aprovechar la energía creada en el subsuelo malagueño y conseguir huella de carbono cero y un gasto energético externo mínimo.
A esto hay que añadir la instalación de paneles fotovoltaicos, el reciclaje de elementos naturales como el agua de lluvia y un grosor en los muros de más del doble del estándar usado para que las variaciones térmicas en el interior de las viviendas sea el mínimo posible, tanto en invierno como en verano. Además, las casas contarán también con un sistema de bomba de calor, sin ningún tipo de motor ni máquina a la vista, que devuelve hasta cinco veces la energía consumida, siendo excepcional por su alto rendimiento.