Hay plantas resilientes que aguantan airosas ante la adversidad. El verano es una estación que pone a prueba la resistencia del mundo vegetal: es un combo de altas temperaturas, largas épocas de sequía e incluso dueños que no se preocupan demasiado por regar cuando se van de vacaciones.
Incluso cuando se está en casa, en los meses de calor intenso, como son julio y agosto, mantener nuestras plantas saludables puede resultar todo un desafío. Sin embargo hay especies que son auténticas todoterreno y que pueden sobrevivir y prosperar en ambientes cálidos. Te alegrará saber que no hace falta buscar especies exóticas ni extraordinarias ya que, en realidad hay supervivientes a las altas temperaturas son plantas conocidas por todos que forman parte de jardines y terrazas de nuestro país que se han aclimatado a nuestra meteorología.
Una de ellas es la lavanda. Su color violeta es un espectáculo visual y un estímulo sensorial que transportan a la Provenza francesa o a los campos de Brihuega (Guadalajara). Es nativa de la región mediterránea, donde crece de forma natural bajo el solo caliente y el suelo seco, así que, se adapta con facilidad a un jardín, patios, balcones o incluso los alféizares de las ventanas de las casas. Si estás pensando en poder disfrutar a diario de su belleza, te tranquilizará saber que esta planta requiere de cuidados más sencillos de lo que puede parecer a priori. Eso sí, que esta planta requiera poco mantenimiento no significa que dejes que se las arregle sola. Ayúdala podándola con regularidad ya que de esta manera se promueve un crecimiento saludable.
Su cuidado si te vas de vacaciones
Julio y agosto son, tradicionalmente, los meses en los que disfrutamos de nuestras vacaciones y es muy posible que se esté fuera de casa. Por eso, si durante unos días no vas a encontrarte en tu hogar, los expertos de Verdecora explican que para crecer, es esencial que la lavanda cuente con un buen drenaje. "Para ello, lo ideal es que le procuremos un suelo arenoso (que facilite la evacuación de agua, evitando que haya cualquier rastro de humedad)". Además, es fundamental que la planta reciba sol directo al menos durante seis horas diarias. "Una buena razón para evitar, si la plantamos en tierra, que esté próxima a árboles que puedan robarle luminosidad", apuntan.
¿Cómo debe ser el riego de la lavanda?
Dado su carácter rústico, esta planta soporta bien la ausencia de agua. "Sin embargo, tendremos que prestarle atención a su pauta de riego especialmente en los meses de crecimiento en los que tendremos que dispensarle un riego moderado. Es importante que la reguemos evitando siempre mojar sus ramas y flores, ya que de hacerlo corremos el riesgo de que en la planta proliferen hongos".
En los meses de calor, desde Verdecora explican que conviene regarlas una vez a la semana y siempre que el sustrato esté seco antes de hacerlo "si todavía conserva humedad, hay que esperar un poco más antes de volver a regar", apuntan.
Pódala con regularidad
El hecho de que esta planta requiera poco mantenimiento no significa que dejes que se las arregle sola. Conviene podarla con regularidad ya que de esta manera se promueve un crecimiento saludable. Puedes reducir hasta un tercio de la altura en las plantas más altas.
Cosecha para tener más flores
Una vez que las flores florecen en primavera es cuando estarán más fragantes. Si has aprovechado entonces para cosechar, es probable que también vuelvan a tener una segunda ronda durante los meses de verano.
Además de ser un deleite sensorial, esta planta puede usarse con fines decorativos o terapéuticos. Agrupa media docena de tallos y átalos con una cuerda o banda de goma. Ponlos en un lugar oscuro, seco y cálido para evitar el moho y al mes ya estarán listos para el uso que les quieras dar.