La apertura de Arabia Saudita a los modos y costumbres de las democracias occidentales sigue su curso. Supimos de sus esfuerzos por transformar su imagen cuando sus mandatarios se ofrecieron para celebrar en sus desiertos la cuadragésimo segunda edición del rally de los rallys, la marca París-Dakar, ganada hace escasas semanas por Carlos Sainz. Antes de que el piloto madrileño se alzara con el triunfo, sus estadios de fútbol fueron también el escenario del nuevo formato de la Supercopa de España de fútbol, que enfrentó a Real Madrid, Barcelona, Valencia y Atlético de Madrid, y después de ese protagonismo del deporte le ha tocado el turno al ámbito artístico, con la celebración la exposición artística desert X AIUla inaugurada el 31 de enero en el oasis árabe del desierto de Al Ula, una joya arqueológica del país, zona de paso de diferentes rutas comerciales y religiosas a lo largo de su historia. Habitada desde hace siete mil años, en sus alrededores cuenta con construcciones similares a las de Petra, en Jordania, que han sido declaradas en 2008, por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad.
Desert X se celebró por primera vez de febrero a abril de 2017, con carácter bienal, en el árido valle de Coachella, en el sur de California, donde se volvió a celebrar en 2019 y donde volverá a tener lugar, entre febrero y abril de 2021. Sin embargo, la entidad organizadora de esta exposición de arte al aire libre –la organización sin ánimo de lucreo The Desert Biennial, fundada en 2015 por Susan Davis– aceptó la propuesta de la organización gubernamental saudita Comisión Real para Al-Ula, creada en julio de 2017 para conservar y desarrollar el enclave arqueológico e histórico milenario de Al Ula, en el noroeste de Arabia Saudita, para celebrar allí un certamen único y específico, que se expondrá hasta el 7 de marzo.
Co-comisariado por los expertos sauditas Raneem Farsi y Aya Alireza junto con Neville Wakefield, director artístico de desert X, esta exposición de land art es la primera que tiene lugar en el reino saudita y tiene como objetivo el diálogo intercultural entre artistas sauditas y de su región limítrofe con artistas internacionales que ya habían participado en alguna de las dos ediciones de desert X celebradas en Coachella.