La línea recta y el círculo son señas de identidad de la estética pulida de uno de los diseñadores más influyentes del mundo. El legendario Dieter Rams (1932, Wiesbaden, Alemania) concibió el diseño de producto como lo conocemos hoy y se convierte ahora en protagonista de un documental realizado por Gary Hustwit, autor de Helvetica u Objectified, y aderezado con la música original de Brian Eno. Durante más de 50 años, ha dejado una huella imborrable en el campo del diseño con su icónico trabajo para Braun y Vitsoe, y una influencia indudable en Apple. La filosofía de Dieter es más que solo diseño, una manera de vivir.
“El tiempo del diseño irreflexivo para el consumo irreflexivo se ha acabado”, vaticina Rams. Así comienza el documental que nos traslada a su casa, un lugar aséptico e impoluto en Cronenberg, donde vive con su mujer desde hace 50 años y que apenas ha cambiado con el tiempo. De ahí, nos lleva en un recorrido de la mano del diseñador por su historia en paralelo a una conferencia en la Universidad Técnica de Munich, una exposición retrospectiva en el Vitra Design Museum, la apertura de una exposición permanente en el Museo de Artes Aplicadas de Frankfurt y la visita a las nueva oficinas de Vitsoe en plena construcción. Un recorrido por su mundo y sus diseños salpicado de reflexiones sobre el consumismo y la apuesta por la sostenibilidad. “Hoy ningún sector está interesado en reparar las cosas”, dice Rams. Aboga, en cambio, por “salir de la incultura de la abundancia” y enfocarse en “menos pero mejor”, como concepto de diseño pero también respecto a nuestro comportamiento. En la exposición en Vitra Design Museum, al observar todo lo que se expone, señala: “todas estas cosas siguen siendo válidas”, considerando que nuestra facilidad por desterrar objetos útiles es consecuencia de nuestra educación.
En Rams aparece la voz de varios expertos como Sophie Lovell, autora de Dieter Rams: As little design as possible que cree que la figura de Rams resulta tan interesante ahora porque coincide con una fase precaria y de gran cambio tecnológico y social, como ocurrió en el momento en que el diseñador empezó a trabajar. Fue en los 50, cuando el diseño tenía algo de político, era un diseño para dar libertad a la gente. Rams comenzó como arquitecto, pero atraído por un anuncio en un periódico y animado por un amigo, se postuló para un trabajo en Braun para participar en el proyecto de ampliación de las oficinas. De ahí, pasó al diseño de producto formándose un equipo sólido y potente que lideró desde 1961 hasta mediados de los 90. Crearon una gama de productos diferentes pero con una identidad tan clara y reconocible que todos juntos forman una familia.
En los 70, se replantea su labor y es entonces cuando enuncia los 10 principios del buen diseño: 1. un buen diseño es innovador, 2. hace a un producto útil, 3. es estético, 4. hace a un producto comprensible, 5. es honesto, 6. es discreto, 7. tiene una larga vida, 8. es consecuente en sus detalles, 9. respeta el medio ambiente, 10. es diseño en su mínima expresión. Este manifiesto ha influido en diseñadores como Naoto Fukasawa, que también aparece en el documental.
Su acercamiento al diseño ha sido con una actitud social, con un planteamiento que apuesta por repensar cómo vivir y hacer las cosas. “El mundo en 10 años será un lugar totalmente diferente. No hay futuro con tantas cosas redundantes”, dice con la perspectiva que aporta la experiencia. Para Dieter Rams, el diseño funciona cuando se logra algo para la humanidad, por eso sus creaciones establecen una relación emocional con el usuario. El día de su 85 cumpleaños coincide con la apertura de su exposición permanente y desde allí nos invita: “Tenemos que hacer el mundo mejor”. Sigamos su ejemplo.