Los interioristas coinciden en que el suelo es una de las decisiones más importantes en la reforma de una casa, la piel que lo recubre todo. Pese a la proliferación de otras tendencias en suelos, la madera sigue siendo una apuesta segura. Pero como en todo, no vale cualquier tipo de madera. Estas son las diez preguntas cuyas respuestas te ayudarán a decidirte.
1. ¿Qué madera es la más adecuada?
Además de la dureza, otras cualidades son el color y la veta. En espacios con poca luz, inclínate por maderas claras como el abedul o el arce, o acabados blanqueados. Los tonos oscuros recrean ambientes sofisticados, pero suelen corresponder a maderas caras, como el wengué o el nogal, aunque se puede recurrir al roble teñido o a la madera carbonizada. Un recurso para crear ambientes cálidos es realzar la veta de la madera.
2. ¿Qué formato y diseño elegir?
Las lamas de formato extragrande son espectaculares en espacios diáfanos y amplios. Los diseños con tablillas, en espiga o damero, recrean ambientes elegantes, pero pueden recargar la estancia. En cuanto a la orientación de las lamas, siempre que sea posible, apuntarán hacia la entrada de luz para disimular las juntas. En pasillos y habitaciones alargadas es preferible colocar las tablas paralelas a la pared de mayor tamaño.
3. ¿Cómo se comporta según el clima?
Es un material vivo, que se dilata o contrae en función de la humedad y la temperatura. Las maderas tropicales, más nerviosas, son sensibles a los cambios estacionales. Para evitar la deformación del suelo debe dejarse un espacio libre en todo el perímetro de entre 10 y 12 mm, oculto por el rodapié, que absorba el aumento de volumen. Y hay que disponer juntas a partir de 12 m lineales.
4. ¿Cómo se instala?
Existen tres sistemas. La tarima tradicional, de tablas de madera clavadas sobre rastreles, precisa más altura y mano de obra experta. El parquet encolado se compone de tablillas jadas al soporte mediante un adhesivo. Su instalación artesanal permite crear diseños originales. La tarima flotante se coloca sin adherir sobre una lámina aislante. Sus uniones de tipo clic facilitan su instalación y permiten que la madera se mueva libremente.
5. ¿Madera aceitada o barnizada?
La capa de protección será decisiva en el aspecto final. El aceite satura los poros y protege la madera desde el interior, manteniendo su aspecto natural, con un tacto sedoso. Su acabado mate disimula golpes y arañazos. El barniz crea una capa superficial que protege de la suciedad, la humedad o la decoloración por exposición al sol. Proporciona acabados mate, satinados o brillantes.
6. ¿Cómo conservarlo como el primer el día?
Para prevenir los arañazos es recomendable descalzarse al llegar a casa y proteger las patas de los muebles. La limpieza habitual se debe hacer con aspiradora para eliminar el polvo y, a continuación, pasar una mopa en el sentido de las fibras. La fregona se puede utilizar, pero bien escurrida y sin añadir al agua productos abrasivos. Por último, conviene evitar la exposición al sol para que no se altere el color.
7. ¿Cómo restaurarlo?
Es recomendable acuchillarlo cada diez años para devolverle su esplendor. Un lijado elimina la capa superficial y hace desaparecer manchas y golpes, rebajando entre 1 y 1,5 mm. Los arañazos más profundos se reparan con masilla. Por último, se aplica la capa de acabado. Este proceso marca la diferencia entre los suelos naturales macizos y los parquets multicapa. En estos, el número de restauraciones es limitado, lo que acorta su vida útil.
8. ¿Se puede instalar en el cuarto de baño?
La madera es perfecta para el baño porque su calidez invita a relajarse, pero se debe elegir una adecuada para ambientes húmedos. El roble europeo es ideal tanto por su estabilidad como por su versatilidad, que permite gran variedad de acabados: natural, envejecido, tonos blancos, oscuros... Una capa de barniz o un aceite le darán la protección necesaria, aunque siempre se debe evitar el contacto directo con el agua.
9. ¿Cómo se combina con otros pavimentos?
La madera se presta a combinaciones con otros tipos de suelos, como la baldosa hidráulica o el microcemento. El contraste de colores, texturas y formas geométricas da personalidad a cualquier estancia. Disponer los azulejos en forma de alfombra en la sala o crear una franja en la zona más expuesta de la cocina puede resultar práctico y a la vez estético.
10. ¿Se pueden aprovechar suelos de derribo?
Sí, normalmente se emplean viejas vigas de madera o suelos recuperados. El primer paso es llevar a cabo un tratamiento que elimine parásitos. Si son vigas es necesario un proceso de reconversión en un aserradero para transformarlas en tablas de unos 3 cm de grosor. Las tarimas se pueden recuperar instalándolas sobre rastreles nuevos o bien recortar las tablas para crear baldosas con diseños geométricos.