Les sorprende que no solo corramos las cortinas, sino que también bajemos las persianas y lo hagamos tanto de día, cuando el sol no da tregua, como de noche, cuando no hay de quién protegerse.
Sin duda, estamos ante una costumbre made in Spain. Pero, aunque los extranjeros no terminen de entenderlas, para nosotros están más que justificadas, ya que disfrutamos de muchas horas de sol y pocos días nublados.
Con este panorama, las persianas ayudan tanto a protegernos del sol y cuidar nuestros interiores para poder ver la televisión y mantener a salvo el suelo de madera, los libros o una tapicería de color; como a rebajar los grados dentro de casa y crear una especie de sombra fresquita.
Su función no es solo de día, también nos gustan de noche, cuando acostumbramos a bajarlas para crear una atmósfera a oscuras, propicia para el descanso. Sobre todo ahora en verano que a las siete menos cuarto amanece y la luz (potente en muchas ciudades) puede despertarnos o perturbar el sueño.
Les sobran los motivos
Las razones por las que siguen siendo imprescindibles también en nuevas construcciones son, además de por garantizar una mayor privacidad y frescura en el hogar, por motivos de eficiencia, debido a que también reducen la factura energética, especialmente durante el verano, gracias a su capacidad para bloquear los rayos solares.
Modelos y materiales
Respecto al material, las de PVC son las más instaladas, tanto por precio como por condiciones, aunque las de aluminio cada vez ganan más terreno por sus excelentes prestaciones técnicas, mientras que las de madera ganan cada vez más terreno, ya que a pesar de exigir cierto mantenimiento, cuentan con belleza y un buen aislamiento.
Merecen una mención especial las Persianas Barcelona, ese modelo de lamas pequeñas de madera que pueden ser de diferentes colores. Un diseño que suma a sus beneficios, un matiz de autenticidad y vuelta a los orígenes que conecta muy bien con las tendencias de decoración actuales.
En viviendas nuevas
Estamos ante una costumbre que no solo es parte de las viviendas antiguas, sino que también están presentes en casas y edificios nuevos, donde cada ventana cuenta con una persiana, muchas de las cuales no necesitan obra para su instalación y garantizan un perfecto aislamiento.
Los grandes ventanales, muy habituales en las viviendas modernas, han traído, además, nuevas condiciones. Así, incorporan sistemas motorizados que facilitan el día a día, además de blindarlos contra los intrusos. Sin olvidar que las lamas pueden abrirse o cerrarse total o parcialmente, adaptándose a la posición del sol, según el momento del día.
Integradas en la domótica
Sin olvidar que su manejo puede integrarse, como las soluciones que propone Drutex, dentro del sistema domótico de la vivienda, lo que permite un mayor control sobre la gestión de la luz y la temperatura. De esta manera mejora aún más el confort y la eficiencia energética y permite crear, además, escenarios en función de la hora o del momento cómodamente desde el móvil o la tablet.
Soluciones sostenibles
La sostenibilidad también ha llegado a esta costumbre decorativa typical Spanish. Por eso, existen motores de persianas que se alimentan a través de energía fotovoltaica, como los nuevos de Somfy. Así, al ahorro energético que suponen, se les suman otras ventajas como una instalación sin obras, la ausencia de ruido y su seguridad, gracias a su detección de obstáculo y su sistema de bloqueo.