Con su foco en priorizar la esencia para prescindir de lo superfluo, el minimalismo es más que una tendencia. Se caracteriza  por las líneas limpias, los colores neutros y una construcción impecable, elementos que hacen de este estilo un símbolo de funcionalidad, en un mundo saturado de exceso. Se aplica en la moda, en interiorismo y también en el paisajismo.

El diseño de un jardín minimalista es una forma elegante de crear un espacio exterior que transmita paz, serenidad y orden. Lejos de la sobrecarga de elementos decorativos, apuesta por la simplicidad, el uso eficiente del espacio y la armonía en los elementos naturales. Para disfrutar de un jardín actual creado bajo las bases del minimalismo, toma nota de las claves esenciales que hay que seguir para conseguir crear espacios inspirados en la naturaleza más sencilla.

1. Elige una paleta de colores neutra

Al igual que en interiorismo, el primer paso para lograr un jardín minimalista es optar por colores neutros y naturales. Tonos como el blanco, gris, negro y los terrosos son perfectos para crear una atmósfera serena. En cuanto a las plantas, es recomendable que éstas tengan un color verde uniforme o flores de tonos sutiles, es decir, que no sean demasiado brillantes ni saturados.

En cuanto a las superficies, los suelos de piedra, madera tratada o cemento en tonos suaves son perfectos para este estilo. Conviene evitar el uso de pinturas o acabados demasiado llamativos, ya que lo importante es que los elementos del jardín se integren de manera discreta con el entorno.

Losas de piedra marcando el camino en un jardín minimalista

Losas de piedra marcando el camino en un jardín minimalista

Federico Cappellina & Partners

2. Plantas de formas sencillas

En un jardín minimalista, la clave es seleccionar plantas con formas simples y estilizadas. Escoger elementos vegetales con hojas grandes y estructuras geométricas, como las palmas o los helechos, es una excelente opción, al igual que los cactus y las suculentas, que encajan en este estilo por sus formas arquitectónicas y la poca demanda de mantenimiento que requieren.

Es importante no sobrecargar el espacio con demasiadas especies; la idea es crear una composición ordenada y armoniosa. Una o dos especies predominantes en diferentes tamaños y alturas pueden ser suficientes para darle vida al jardín, sin caer en la sobreabundancia.

3. Espacio y vacíos: la importancia de la sencillez

El vacío es un elemento esencial en el minimalismo. Para aplicarlo en el jardín hay que permitir que el espacio respire y no abigarrarlo. Dejar zonas despejadas, donde el terreno, las piedras o el césped puedan ser los protagonistas contribuye a que el jardín no se sienta agobiado o abarrotado.

Jardín minimalista de composición ordenada y armoniosa

Jardín minimalista de composición ordenada y armoniosa

Christopher Hoesly

4. Mobiliario simple y funcional

En sintonía con los demás elementos, las piezas de mobiliario en un jardín minimalista deben ser discretas, funcionales e integradas con el entorno. Opta por piezas en materiales naturales como madera, metal o piedra que sean de líneas rectas, sin adornos innecesarios.

Es importante recordar que en un jardín minimalista no debe haber demasiados objetos. Si se elige incorporar un punto focal, como una escultura o una fuente, su diseño debe ser sencillo y estar en armonía con el conjunto del espacio.

5. El agua, un elemento clave

El agua aporta calma y serenidad y no debe faltar en un jardín creado bajo las bases del minimalismo. Para introducir este elemento se puede optar por una pequeña fuente de agua, un estanque o un sistema de riego invisible. Lo importante es que el sonido del agua fluya de forma discreta y no se convierta en el centro de atención del espacio. También las fuentes con líneas rectas o las piscinas de borde infinito son excelentes opciones para este tipo de diseño, ya que el agua se convierte en una extensión natural del entorno y ayuda a enfatizar la sensación de calma.

6. Uso de texturas y materiales naturales

En la elección de materiales, conviene optar por texturas que sean suaves al tacto y visualmente agradables. La madera tratada, la piedra natural, el hormigón pulido o la cerámica mate son ideales para crear ambientes elegantes y serenos.

Si se decide incluir senderos o caminos, es mejor sean sencillos. Las losas de piedra rectangulares, el césped recortado perfectamente o los pavimentos lisos y continuos funcionan muy bien en este estilo.

Texturas suaves al tacto en un jardín minimalista

Texturas suaves al tacto en un jardín minimalista

Rafa Dieguez

7. Iluminación sutil

Olvídate de las bombillas grandes o decorativas y opta por luces empotradas en el suelo o lineales que guíen el camino sin interrumpir la estética del lugar. Las lámparas de tono cálido son las más recomendables para resaltar los elementos naturales y crear un ambiente acogedor por la noche.

Si el espacio es pequeño, una opción práctica es colocar luces LED en lugares estratégicos que iluminen de manera discreta y focalizada, creando contrastes interesantes y jugando con las sombras.

8. Conexión con el entorno

El diseño de un jardín minimalista debe buscar siempre la integración con el entorno natural. Si vives en una zona de vegetación profusa, puedes usar el paisaje como parte de tu diseño. De igual forma, si el jardín se encuentra en una zona urbana, puedes hacer uso de materiales reciclados o locales para darle un toque más personal y sostenible. El objetivo es crear un espacio que fluya con la naturaleza circundante, sin que los elementos artificiales se impongan o sobresalgan.