Comer fruta a diario forma parte imprescindible de un hábito de vida saludable. Pero ¿sabías que la fruta también se puede "consumir" a través de la decoración? Los distintos colores de las frutas, agrupados en rojo, amarillo, naranja, verde, azul, morado y violeta, corresponden a combinaciones de diferentes nutrientes y fitoquímicos que tienen propiedades específicas para la salud. Por su parte, la visión de cada color, aplicado sobre cualquier tipo de superficie, también activa o inhibe procesos bioquímicos y hormonales.
Según la psicología del color, asociamos determinadas tonalidades con sensaciones y estados de ánimo, y su aplicación en el hogar tiene efectos directos en el bienestar emocional de las personas que lo habitan. Los colores frutales son tendencia porque los relacionamos con lo saludable y, también, con la experiencia que nos regala su consumo: sabores dulces o ácidos que explotan en la boca, y texturas crujientes o melosas. Y cada fruta nos sitúa automáticamente en una estación del año: melocotón es verano; granada, otoño; cereza, primavera, y naranja, invierno.