Su energía no se acaba, más bien todo lo contrario: siempre se está propagando y lo hace en las formas más variadas: desde sillas, butacas y sofás hasta mesas, tumbonas y un largo etcétera, dando forma a un universo muy particular. La mesita L.A. Sunset para Glas Italia, de cristal estratificado de ópalo y de metal y con una paleta de colores degradados, es solo un ejemplo del amplio catálogo de piezas que ha ido generando esta diseñadora con residencia en Milán. Muebles que se caracterizan por su funcionalidad, sin dejar de lado el diseño.
Hace poco nos sorprendió con el diseño de un yate, el SD96 para la firma Sanlorenzo. El resultado no puede ser más ella: interiores cómodos con ciertas dosis de sofisticación, con paneles de madera de roble y suelo de parquet; una paleta de colores suaves en armonía con el entorno, y pequeñas piezas de mobiliario con detalles creativos, fruto de su desbordante creatividad. "La elegimos por su capacidad para combinar belleza y comodidad, todo desarrollado con un toque de ironía y una sensibilidad casi poética, y amor por todo lo que es local y un gran respeto por el arduo trabajo de los artesanos”, dice Massimo Perotti, presidente de Sanlorenzo.
Otra de sus especialidades son los hoteles de lujo. Como el Mandarin Oriental de Barcelona, donde puedes sentir el confort de un hogar. O Il Sereno, junto al lago Como, un santuario de diseño que maneja el lenguaje del lujo con tranquilidad y elegancia. Y no es su único hotel junto al lago Como; la diseñadora también firma el interiorismo de Villa Pliniana, un palacete de estilo veneciano que une frescos, boiseries, chimeneas suntuosas y otras exquisiteces. También ha dejado su huella en el continente asiático, concretamente en Singapur, donde firma el Oasia Hotel Downtown. Este hotel, situado en un rascacielos, juega con los colores "para darle una fuerte personalidad y contemporaneidad", según la diseñadora.