Dos hándicaps han definido el proyecto de esta vivienda unifamiliar en Menorca y ambos se han solucionado con acierto y gusto. El primero, y más importante, tiene que ver con la limitada edificabilidad de la planta superior, donde están las mejores vistas, que empujó a los arquitectos a "ampliar al máximo terrazas y espacios exteriores para extender el espacio y crear amplitud visual", explica Alicia Casals, cofundadora junto con Karl Nyqvist de Nomo Studio, que cuenta con oficinas en Madrid, Barcelona y Estocolmo.
El segundo hándicap tiene que ver con la fuerte pendiente de la parcela y la necesidad de dar respuesta al requerimiento de los propietarios de contar con "una casa práctica con una conexión fluida entre interior y exterior".
En este caso, y para lograr esa conexión dentro-fuera con las limitaciones que plantea la parcela, "la zona de día se ha situado en planta primera para garantizar las vistas al mar desde el estar", continúa Casals, que incide en que tanto la decisión de diseñar la piscina en la planta primera, como la de aprovechar la cubierta como chill-out, responde a la intención de disfrutar del entorno.
Pese a sus líneas rectas y volúmenes rectangulares, la vivienda, que cuenta con 280 metros cuadrados repartidos en tres plantas y un sótano, destaca por su perfil dinámico. Ese dinamismo no viene solo dado por la disposición contrapeada de los volúmenes –de ahí en nombre con el que se la ha bautizado Shift House–, sino también por la maciza fachada estriada de hormigón en la que se alternan los enormes ventanales de vidrio. Como comenta Casals, "la pesadez del bloque de hormigón estriado utilizado en la fachada genera una tensión gravitatoria con las bandas acristaladas circundantes de 360º".
En la última planta, y para garantizar las mejores vistas al mar, está la zona de día, que se abre a una terraza que se prolonga en una piscina desbordante. "Los ventanales continuos garantizan vistas en todas direcciones y mucha luz natural", dice la arquitecta. Por otro lado, en el sótano se ha introducido "un patio hundido que aporta abundante luz y ventilación a las tres plantas". Finalmente, una escalera exterior conduce a un solárium en la azotea que descubre vistas panorámicas sobre el Mediterráneo.
El cuidado en los detalles y en la elección de los materiales también define, como no podía ser de otra manera, este proyecto. El suelo de hormigón blanco pulido y los peldaños de travertino combinan con las paredes blancas de microcemento caqui-beige de los baños y la cocina. Los armarios empotrados y los muebles de baño, de ratán y pino claro, han sido diseñados por Nomo Studio y ejecutados por un artesano. Además, los detalles de madera brillante, como los pasamanos macizos y los profundos umbrales integrados, aportan calidez "a unos interiores aireados y playeros", dice Casals.
En contraste, los exteriores presentan una carpintería de teca, más oscura, que le aporta a la casa una nota de sobria elegancia y calidad en sus materiales. Casals asegura que están "especialmente satisfechos de la selección de materiales, tanto en fachada como en interior. La piel del edificio se mantiene impoluta desde el primer día y llama la atención por su elegancia. La gama de tonos arena y el uso de madera reflejan la luz creando un ambiente a la vez luminoso y acogedor".
Por último, proyectar una vivienda en Menorca no es fácil. "La isla presenta unas condiciones climáticas (humedad muy alta, salitre en ambiente, viento, mucho calor en verano, lluvias ocasionalmente torrenciales y lluvias con barro) que obligan a soluciones constructivas muy estudiadas. Un buen análisis del asoleamiento con una solución de protección solar adecuada es indispensable, así como la selección de materiales, que debe garantizar su buen envejecimiento", dice Casals. Sin duda, Nomo Studio ha sabido responder perfectamente a las peticiones de los clientes y a los retos de proyectar una vivienda de estas características en Menorca.
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