Hay que tener una sensibilidad muy especial para vislumbrar la felicidad del hogar en un paisaje árido. Pero si algo han demostrado la pareja propietaria de esta casa y el estudio de arquitectura Equipe Lamas que la ha hecho posible es eso. Sensibilidad. Porque la vivienda surge como un refugio entre el arenoso entorno del Cerrado Brasiliense, a quince minutos del centro de Brasilia. Una pareja que buscaba tranquilidad y conexión con la naturaleza, trasladó su deseo al estudio, que lo ejecutó de manera impecable.
Al poseer una parcela de 2000 metros cuadrados, había terreno suficiente para proyectar la construcción perfecta que se ajustara a esas necesidades. Y la solución adoptada fue esbozar cuatro volúmenes sueltos en los 375 metros cuadrados de casa, dibujados sobre una malla de módulos cuadrados que giran alrededor de un patio interior descubierto, a través del cual todos los espacios están interconectados.
Estas cajas sectorizan el programa de requerimientos y enmarcan diferentes vistas del paisaje, El primer bloque alberga el garaje y las áreas de servicio; el segundo, la sala de televisión, despacho y suite de la pareja; en el tercero, dos dormitorios, un baño compartido, aseo y el taller y, por último, el volumen del salón-comedor y la cocina, que se integran totalmente al balcón por las puertas correderas.
Los materiales mandan
La casa está construida con materiales de bajo costo. Con estructura mixta, las vigas metálicas se apoyan sobre pilares de hormigón. Por su parte, las paredes externas de mampostería están pintadas en color tierra claro y dialogan cromáticamente con el cielo, mientras que las paredes interiores son blancas para resaltar obras de arte y muebles. El suelo de cemento recubre toda la casa, excepto en las zonas húmedas, sustituidas por granito gris. La madera contrachapada encuentra continuidad en los muebles de cocina y en los estantes diseñados para acomodar la colección de libros de los propietarios.
Una variedad de perspectivas se revelan mientras caminas por la casa. De esta forma, es posible ver el jardín y la piscina por la generosa circulación de la entrada. La separación de volúmenes permite ver el exterior al rodear el patio en el sentido de las agujas del reloj y ofrece una relación espacial entre el interior y el exterior.
Para honrar a los "antiguos residentes", un árbol nativo 'ipê rosa' que habitaba allí, fue replantado como una escultura en el centro del patio. La luz natural y el aire penetran en todas las direcciones gracias a los amplios marcos metálicos de suelo a techo con volquetes. El patio está lleno de caminos, jardines y agua, que además de humidificar la casa, refleja el cielo y proyecta sus movimientos en su interior.
El interiorismo, realizado en colaboración con la oficina Cocoon, promueve un espíritu lúdico, cómodo y relajado con piezas diseñadas por el arquitecto Samuel Lamas y maestros del diseño nacional e internacional. El paisajismo de Mariana Siqueira fue pensado como una extensión del bioma local, con árboles y malezas nativas.