En el siglo pasado, en París, existían los "cuartos de las criadas", pequeñas habitaciones en la última planta de los edificios que alojaban a las empleadas domésticas. Hoy, esos mini espacios, situados en edificios históricos, se han convertido en las residencias de algunas personas que prefieren vivir en muy pocos metros, pero solas, a compartir, en una de las ciudades más caras del mundo. Ya habíamos hablado de este piso parisino de 24 metros cuadrados y nos preguntábamos sobre su habitabilidad, pero hoy apretamos un poco más la tuerca.
Huelga decir que vivir en 9 metros cuadrados no es ningún privilegio, aunque sea en la ciudad del amor. Pero hay maneras de transformar este inconveniente, si no en una virtud, en una oportunidad. Es lo que han hecho los profesionales del estudio de arquitectura Kitoko Studio, que se han inspirado en el mecanismo de una navaja suiza para crear un espacio multifuncional que responde a todas las necesidades del inquilino. Pero, ¿a todas?