Una casa en el campo sin salir de la ciudad. Más o menos eso es lo que propusieron los arquitectos de Mieke Van Herck cuando vieron el proyecto que les habían encargado. Se trataba de una vivienda rural con techo de paja y todo en un barrio residencial de Bëlgica, en 's-Gravenwezel. Dado que el equipo busca continuamente la armonía entre la arquitectura moderna y la rústica, decidieron mantener la esencia de la casa rural para convertirla en una residencia única y contemporánea

Para ello, los espacios habitables de la planta baja se maximizaron y terminaron con materiales naturales como mármol y piedra natural Pietra dei Medici y enchapados refinados. De esta zona llama la atención el área de recepción, con un espacio de estar ultragrande, y el elegante y sobrio ambiente de trabajo enmarcado por un ventanal que nos recuerda a la mansión original.

 


Plataforma flotante

La villa se complementa con un pabellón que alberga la cocina sobre una plataforma flotante. Algo así como un sofisticado pabellón negro. "El elegante diseño de la ampliación combina perfectamente con la arquitectura rural gracias al revestimiento de la fachada con tablas de afrormosia negra", aclaran desde el estudio. Además, el nuevo volumen en la parte trasera de la casa desemboca en una terraza cubierta con barbacoa de obra. Según la firma de los arquitectos Mieke Van Herck, "la vista del entorno exterior es omnipresente y siempre cercana. Un detalle ingenioso que ilustra muy bien esta extraordinaria sinergia es una de las ventanas de la cocina. Esa ventana se extiende desde el techo hasta el suelo y está flanqueada en el interior por un armario hecho a medida con incisiones, que permiten que la luz del día y la vegetación lleguen sutilmente al interior protegido".

También se modernizó el vestíbulo de entrada, trayendo Schwung al hogar con sus suaves curvas. Arriba, el dormitorio principal parece una suite de hotel y a la hija de la familia se le dio un área de descanso separada donde los amigos siempre se sienten bienvenidos.