Demi Lovato no deja de sorprendernos este año. La cantante de Sorry Not Sorry empezaba el año rompiendo su reciente compromiso con el actor Max Ehrich, tras lo que se centró en el lanzamiento de su séptimo álbum Dancing with the Devil... The Art of Starting Over. Tras recuperarse milagrosamente de la sobredosis que sufrió en julio de 2018, Demi decidió alejarse de la caótica vida de la gran ciudad, vendió su mansión de Hollywood Hills en la que sucedieron los hechos y se fue a pasar la cuarentena con su familia. En septiembre encontró su nuevo hogar: una casa de 7 millones de dólares en Studio City, un área bastante más residencial, tranquila y frondosa que el frenético Hollywood. 


Recientemente construida con estilo de casa de campo moderna, la casa incluye todas las comodidades que uno esperaría de una residencia de lujo en el Valle de San Fernando. Sin embargo, Demi decidió darle su toque personal para crear en ella un refugio en el que superar la ruptura con su prometido, meditar y explorar su interior. Gracias a eso, confiesa que ha podido conocerse realmente mejor que nunca y ha llegado a la conclusión de que se identifica con el género no binario, es decir, no se siente ni hombre ni mujer. En su serie documental Dancing With The Devil, la cantante asegura que 'nunca ha tenido una casa que refleje tanto mi personalidad como esta. Es glamurosa, divertida y colorida. Tiene todo, desde un sótano inspirado en la serie de Netflix Ratched hasta una 'sala de setas' donde ser creativa en la tercera planta'.