¡Alerta, tendencia! Las escaleras de caracol invaden el interiorismo: estas son de lo más originales

En Nuevo México

Cuando se construyó en el siglo XIX, la Capilla de Loreto de Nuevo México, EE.UU., tenía un problema: necesitaba una escalera para llegar al coro en el segundo piso, pero parecía no haber lugar para ella.

La primera escalera de caracol

Las monjas de la capilla rezaron a San José, el patrón de los carpinteros, para que las ayudase.

Nueve días después, un tipo extraño con pinta de carpintero se presentó en la puerta y construyó una escalera de caracol sin utilizar clavos ni otros soportes evidentes.

Desacomplejadas

Desde aquella primera aproximación, las escaleras de caracol han evolucionado mucho.

Hoy en día ya no tienen una función exclusivamente utilitaria, sino que han subido a la categoría de “elementos con más personalidad de la casa”.

Estética y defensiva

¿Intervención divina? En todo caso, el nacimiento de esta pieza conectora entre niveles se remonta muchos años atrás, hasta la Edad Media, cuando se creó con una finalidad tanto estética como defensiva: su forma angosta dificultaba el avance de posibles atacantes.

Un elemento muy cuidado

Los arquitectos, motivados por esta nueva dimensión, firman diseños cada vez más asombrosos. Ni se quedan con la primera idea, ni las dejan para el final.

Le dan muchas vueltas hasta dar con el modelo que cumpla con todas las expectativas.

Con carácter estructural

Los peldaños se hicieron con el mismo terrazo de la planta baja para invitar y guiar al usuario a la segunda, mientras que la parte exterior esta´ construida con elementos de madera de nogal cuidadosamente ensamblados

Esto aporta una sensación acogedora y rica, como un mueble que nunca pasará de moda”, resume Massip, que añade que decidieron darle forma en espiral para, por un lado, reducir el espacio requerido y, por otro, procurarle un carácter escultural.

Una construcción valenciana

Forma de caracol tiene también la escalera de la Casa DM en Puerto de Sagunto, del estudio valenciano Horma Estudio. Nacho Juan, cofundador y codirector junto a Clara Cantó, reivindica su importancia dentro del proyecto, aunque esté situada en la parte exterior, supuestamente menos transitada.

“Pretende ser un objeto con identidad propia, que define su proporción, materialidad y transparencia de manera cuidada”, dice sobre esta pieza metálica que pinta de rojo el patio de la vivienda.

“Siempre quiso ser un elemento ligero y singular. La entendimos como algo independiente, que apenas toca el suelo ni las paredes que lo rodean”, clarifica.

Ante la duda existencial de “con o sin barandilla”, optaron por la segunda opción porque “hubiera añadido demasiada información”, y la sustituyeron por un circuito calado en vertical.

Con 630 piezas de contrachapado

Cada vez más, subir y bajar peldaños se está convirtiendo en una cuestión de autor. Y si no, que se lo pregunten al arquitecto Tommy Rand, que se inventó para su casa en Aarhus (Dinamarca) una escalera de caracol hecha con 630 piezas de madera contrachapada cortada con CNC.

Serpeteante, “es bonita desde todos los ángulos”, reivindica Rand.

En el hogar

Estas versiones monumentales han dejado de ser patrimonio exclusivo de fortalezas, palacios o iglesias para conquistar nuevos territorios, como los espacios dome´sticos.