Un terreno endiablado, con mucha pendiente y en forma de abanico, unas vías de agua en el lecho arcilloso, que requirió de unos pilotajes delicados, y una total exposición al estar en medio de Deià. No era fácil. "Curiosamente, la pandemia nos ayudó puesto que en las fases más críticas trabajamos en silencio", recuerda Manuel Villanueva, de More Design, el estudio mallorquín especializado en residencias exquisitas con sabor vernacular, sobre Sa Talaia, terminada este pasado verano. Aquí el arquitecto y su socio Oro del Negro, lo han hecho todo, "desde asesorar en la compra del solar a poner la placa con el nombre de la casa para una pareja extranjera con niños, superpacientes y comprensivos con todo el proceso y las complejidades vividas: permisos, pandemias y crisis de materiales", dice con humor.
Hubo muchos retos. "El primero es que no queríamos un volumen muy prominente. Convencimos al cliente de no agotar edificabilidad. La planta inferior la construimos como si fuese un bancal de piedra, como los que se usan para aterrazar la montaña, para que se fundiese desde lejos con ella y percibir solo dos alturas". Así, en dos terrenos que suman 1.600 metros cuadrados se han construido sendas edificaciones de 500 y 250 metros respectivamente, muy lejos del máximo permitido, por sensibilidad y respeto. La principal se compone de tres alturas, con los espacios comunes en la intermedia. La alta está dedicada enteramente al dormitorio principal y la baja a los de los niños con sala de cine y salida a la piscina. En la casita de invitados, dos habitaciones, gimnasio y cocina. En ambas, vigas de castaño, muros de cal, carpinterías de olmo viejo, lavabos y duchas de piedra local, y suelos continuos o de piedra recuperada en las zonas comunes y de terracota en las habitaciones infantiles. "Y, por primera vez, hemos usado bóvedas estructurales de hormigón con encofrado de caña, son maravillosas".
El segundo reto es que, por normativa local, los volúmenes debían ser sencillos y paralelos a la topografía. "Propusimos que cada planta fuese así, pero que entre ellas generasen una rotación acorde a su forma de abanico. Permite hundir la casa en el terreno y que tenga una presencia más discreta. El centro del giro es el salón, con el encuentro de esos tres arcos. Las fachadas están revestidas, como es obligatorio, de piedra portante de unos 25 centímetros de grosor; la hemos trabajado más bruta y directa, para convivir con los muros centenarios cercanos de Son Fussimany, una casa histórica importante". More Decor, la división de interiorismo del estudio, liderada por Tille del Negro, ha puesto telas, muebles y arte. Pensamiento global, resultado impecable.