En la Costa de la Calma, entre Andratx y Palma, se encuentra esta casa con vistas al mar. Un espacio de 325 mdonde los espacios al aire libre juegan un papel protagonista. Piérdete en su gran salón de planta abierta con cocina, comedor y bodega. Y acuéstate en su dormitorio con vistas a la piscina. 

La buganvilla recorre algunos de los rincones con más encanto, ideales para disfrutar de los atardeceres en la isla. Lugares sombreados con vistas al mar donde el tiempo se detiene. Una mesa para varios comensales o un mirador para dos. 

 

 

 

 

 

 

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En el baño, ducha con mampara transparente y azulejos a juego con los de la sauna. 

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El blanco añade luz a una terraza que promete ser el escenario de algunos de los mejores momentos del verano. 

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Los espacios exteriores de la casa están cuidados al máximo para poder aprovechar todas las horas de luz. 

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Además de la mesa principal para comer, hay zonas chill-out para disfrutar de los atardeceres al aire libre. 

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El dormitorio, bañado por la luz del Mediterráneo, tiene acceso directo a la piscina. 

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Junto a la mesa de comedor hay una bodega que también actúa como un elemento decorativo. 

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El sofá de obra permite disfrutar de todo el espacio disponible en el salón. 

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Las superficies transparentes permiten que los espacios crezcan visualmente. 

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Los electrodomésticos de última generación salpican la cocina, generando un ambiente futurista. 

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Las líneas rectas dominan esta cocina en blanco y negro con vistas al jardín. 

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Los espacios responden a la necesidad de relajarse, de relacionarse de una forma más espontánea. 

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El dormitorio también ejerce la función de improvisado salón gracias a sus generosas dimensiones. 

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En el porche se ha situado este sofá de mimbre para disfrutar de la tarde balear. 

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La felicidad son estas dos hamacas rodeadas de luz y de flores, sinónimo de un descanso feliz. 

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La buganvilla aromatiza esta terraza decorada con estampados marineros. 

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Se aprovechan todos los rincones posibles para crear rincones encantadores para disfrutar de las vistas.