O las amas o las odias: conoce las obras arquitectónicas más polémicas de España (y por qué no podemos dejar de hablar de ellas)

Museo Guggenheim Bilbao (1997, Bilbao)

Comencemos con el titanio: el Museo Guggenheim Bilbao, diseñado por Frank Gehry. Esta joya arquitectónica transformó una ciudad industrial en un destino turístico internacional. Aunque hoy es el orgullo de Bilbao, no faltaron voces críticas que en su momento lo tacharon de "extraterrestre metálico". Lo cierto es que, con el tiempo, el Guggenheim ha demostrado ser más un catalizador cultural que un simple OVNI arquitectónico.

RIU Hotel Oliva Beach (1974, Fuerteventura)

Empezamos por un edificio de rabiosa actualidad por la reciente orden de derribo por parte de Costas en Fuerteventura. El RIU Hotel Oliva Beach nos lleva a las playas del archipiélago canario, donde la controversia llega en forma de turismo masivo versus conservación ambiental.

Este complejo, que ha sido un favorito tanto para turistas como para locales, enfrenta el dilema de la renovación frente a la protección del entorno natural. Su presencia pone en la balanza el desarrollo económico y el impacto ambiental, un debate que sigue vivo en la comunidad y entre los visitantes.

Monumento a las víctimas del 11-M (2007, Madrid)

El Monumento a las víctimas del 11-M, ubicado en la estación de Atocha en Madrid, es una esfera de cristal que alberga mensajes de condolencia y solidaridad. Diseñado por los arquitectos FAM Arquitectura y Estudio FAM, su intención es ser un espacio de reflexión y memoria. Sin embargo, ha enfrentado críticas por problemas de mantenimiento y por no cumplir completamente con su propósito como lugar de homenaje. A pesar de ello, permanece como un punto significativo de recuerdo en el corazón de la capital.

La Ciudad de las Artes y las Ciencias (Inauguración en fases desde 1998, Valencia)

Sigamos con la obra de Santiago Calatrava: La Ciudad de las Artes y las Ciencias en Valencia. Este complejo futurista, que bien podría servir de escenario para una película de ciencia ficción, ha sido objeto de admiración por su atrevida estética. Sin embargo, también ha sido centro de críticas por sus sobrecostos y problemas estructurales. Aunque hay quien dice que más que una ciudad de las artes parece una ruina del futuro, no se puede negar su impacto visual y turístico.

Palacio de Festivales de Cantabria (1991, Santander)

El Palacio de Festivales de Cantabria, en Santander, obra de Francisco Javier Sáenz de Oiza, combina funcionalidad con estética de una manera que no todos logran apreciar. Con su frente marítimo, este edificio ha sido tanto alabado por su acústica excepcional como criticado por su apariencia, que para algunos resulta más confusa que vanguardista. Aún así, sigue siendo un emblema cultural de la ciudad, demostrando que la funcionalidad y la controversia pueden ir de la mano e incluso llevarse bien. Todo un símbolo. 

El Edificio Mirador (2005, Madrid)

En la capital nos encontramos con el Edificio Mirador, una torre residencial en el barrio de Sanchinarro que rompe todos los moldes. Diseñado por el estudio MVRDV junto con Blanca Lleó, este edificio cuenta con un gigantesco hueco en su centro, ofreciendo una plaza elevada desde la que contemplar la sierra madrileña. Algunos lo ven como un experimento social innovador, otros como una aberración estética. Lo que es innegable es que no deja indiferente. ¿De qué lado estás?

Palacio de Congresos y Exposiciones (2011, Oviedo)

Santiago Calatrava vuelve a hacer de las suyas en Oviedo con el Palacio de Congresos y Exposiciones. Conocido por su singular forma y por ser un imán de críticas por los sobrecostos y los retrasos en su construcción, este edificio no deja indiferente a quien lo observa.

Su diseño futurista parece más una nave espacial a punto de despegar que un espacio para congresos, lo que demuestra que, en el mundo de Calatrava, el límite solo lo pone la imaginación (y quizás, el presupuesto).