En los últimos años, las casas prefabricadas han dejado de ser una opción de nicho para convertirse en una alternativa real frente a la construcción tradicional. Más rápidas, más eficientes y, en muchos casos, más económicas, este tipo de viviendas empieza a ganar terreno en España, sobre todo entre quienes buscan controlar mejor los tiempos y los costes de su inversión.

En este contexto, el arquitecto argentino Marcelo Seia se ha convertido en un referente del sector. Con más de dos décadas de experiencia y numerosos proyectos de vivienda industrializada en su haber, Seia defiende este sistema como una solución inteligente y sostenible para afrontar los retos del presente y del futuro. “No se trata solo de construir diferente, sino de habitar de otra manera”, afirma. En este vídeo que ha publicado en su canal de Youtube, desglosa las ventajas y desafíos de un modelo que, según él, ha llegado para quedarse.

Ventajas de la vivienda prefabricada, según el arquitecto Marcelo Seia

Casa prefabricada de madera en Girona diseñada por Ferran Badia y Arquitectura Ambiental para la firma Arquima

“El mayor diferencial está en el control del proceso”, sostiene Seia. Frente a las obras convencionales, donde los sobrecostes y los retrasos son habituales, las viviendas prefabricadas permiten trabajar con presupuestos cerrados, plazos definidos y menos sorpresas. “Desde el inicio sabes lo que vas a gastar y cuándo vas a entrar a vivir. Eso marca una diferencia enorme, sobre todo en el contexto económico actual”, añade.

Lejos de pensar que la estandarización resta valor arquitectónico, Seia defiende que optimiza los recursos sin sacrificar el diseño. “Al fabricar muchos elementos en un entorno controlado, se garantiza una calidad que a veces es difícil mantener en la obra tradicional. Y eso, a la larga, se nota tanto en el acabado como en la durabilidad de la vivienda”.

También desmonta uno de los mitos más frecuentes: “Estas casas no son ni frágiles ni temporales. Utilizan materiales de alta calidad, cumplen con todas las normativas y, si están bien diseñadas, pueden ser tan confortables o más que una casa de obra convencional”.

 

Tiempos más rápidos y construcción más limpia

Otra gran ventaja es la rapidez. “Una vivienda prefabricada puede estar lista en dos o tres meses, dependiendo del sistema. En una obra húmeda, eso es prácticamente imposible”, apunta el arquitecto. Esta agilidad no solo mejora la experiencia del cliente, sino que también supone un menor impacto ambiental.

Se reduce el transporte de materiales, se generan menos residuos y se minimiza el uso de agua. “Es una forma de construir más limpia, más ordenada y más consciente con el entorno”, explica Seia, quien destaca además que muchas de estas casas pueden incorporar fácilmente sistemas de eficiencia energética o energías renovables.

Esta vivienda se resuelve mediante un sistema de muros de carga prefabricados formados por paneles de madera CLT situados sobre dos plataformas de losas alveolares prefabricadas

Nuevas formas de vivir, nuevas formas de proyectar

Más allá de lo técnico, Seia considera que este tipo de construcción implica un cambio cultural. “Estamos ante una nueva manera de pensar la vivienda. Ya no se trata solo de metros cuadrados, sino de cómo los usamos. La prefabricación impulsa diseños más funcionales, sin espacios innecesarios y adaptados al estilo de vida actual”, comenta.

Para el arquitecto, esto supone una oportunidad de repensar el rol del diseño arquitectónico. “No perdemos creatividad, al contrario. Nos obliga a ser más precisos, a entender mejor las necesidades del usuario y a ofrecer soluciones que realmente aporten valor”, concluye.

casa prefabricada verde en el bosque cab3a125