Que si lo bueno si breve dos veces bueno, que si los mejores perfumes van en frascos pequeños, que si eres grande, pequeño… Las dimensiones reducidas también tienen su público, para seguir reforzando la idea de que, efectivamente, el tamaño no importa o sí, siempre y cuando vaya asociado a algo con nivel. Y las casas que reúne Taschen en su libro Small Houses otra cosa no, pero nivel tienen y un rato.
Se trata de una cuidada selección de la mejor arquitectura de pequeño formato. Y es que, tal y como asegura la editorial, "una casa pequeña es un homenaje a la infinita inventiva artística de los arquitectos y al ingenio con el que resuelven problemas familiares. Es también un giro consciente hacia la sostenibilidad y la reducción del impacto en el medio ambiente, así como un impulso a un cambio audaz en el estilo de vida. A medida que la humanidad se enfrenta a presiones inevitables, como el cambio climático, el aumento de la población y la escasez de recursos, estas soluciones ayudan a dar forma al mundo del futuro".
Ya sea en las densas áreas urbanas de Tokio, en la naturaleza salvaje de Australia, en los bosques de Canadá o en una azotea en Ecuador, el único punto en común de estas viviendas es su superficie, que no supera los 100 metros cuadrados. El libro describe casas diseñadas por 57 arquitectos en 25 países, desde Brasil, Hungría, Corea del Sur, Países Bajos y EE. UU. hasta Japón y Australia, e incluye la Casa Love2 de Takeshi Hosaka, la Casa Tiny de Aranza de Ariño y trabajos de Jakub Szczęsny, Charles Pictet, Lada Hršak, BIG y Fran Silvestre, entre otros. “Este es un viaje por lo más reciente en el diseño arquitectónico y la creatividad y un paso adelante hacia un mundo más sostenible. Las casas publicadas en este libro demuestran que construir a pequeña escala puede ser un estímulo inagotable para la creatividad”, concluye su autor Philip Jodidio, periodista y director de la revista Connaissance des Arts durante más de veinte años.