Zaha Hadid, Eileen Gray, Charlotte Perriand, Benedetta Tagliabue, Frida Escobedo, hoy estos nombres de mujeres arquitectas son tan habituales como los de cualquier hombre de la misma profesión. Pero su camino para la normalidad no ha sido fácil. En Europa, las mujeres comenzaron a acceder al título de arquitectura a principios del siglo XX, en España en concreto en 1936, con Matilde Ucelay, la primera en obtener el título y Premio Nacional de Arquitectura en 2004. Pero aunque en revistas como las nuestras sean conocidas y admiradas a partes iguales, es verdad es que ni siempre ni en todas partes, esto es una realidad. Hemos querido saber cómo es el día a día de mujeres arquitectas y esto, es lo que nos han contado.
Yolanda Cerezo. Arquitecta. Responsable de proyectos multilaterales de Arquitectura y desarrollo de negocio en IDOM
1. Arquitectura es una de esas carreras que una estudia por pasión y vocación, ¿es el caso?
Sin duda, fue una carrera vocacional en mi caso. Es cierto que no imaginaba lo que me esperaba cuando entré el primer día en la ETSAM, pero sí sentí en todo momento que era mi sitio.
2. ¿Sientes que ser mujer ha sido o fue un hándicap? ¿Alguien te dijo que mejor otra cosa?
En la carrera no fue un hándicap ser mujer. Más del cincuenta por ciento de estudiantes éramos mujeres ya en 1989. Diría que sentíamos la misma motivación y el trato era igualitario. Profesionalmente, he tenido la suerte de trabajar en un equipo con una mujer al frente en nuestra oficina de Madrid y que nuestro director de área haya siempre contado con las mujeres para todo tipo de proyectos y posiciones en el equipo. Debo reconocer, sin embargo, que la maternidad sí ha conllevado renuncias, quizás temporales, y con causas debidas más a cómo se estructura nuestra sociedad que a la propia empresa.
3. ¿Crees que la percepción de que es un mundo de hombres es cierta o errónea? ¿Está cambiando?
La percepción me parece cierta. Yo me considero afortunada por haber sido bien considerada y porque los profesionales que dirigen el equipo en el que trabajo son líderes empáticos, pero miro las estadísticas y veo los puestos de liderazgo y me faltan mujeres…Somos aproximadamente el cincuenta por ciento de la población global, somos el cincuenta por ciento el día que entramos por la puerta de la ETSAM, pero la cifra de directivas o de profesionales reconocidas está demasiado lejos de la paridad.
4. ¿Hay más suspicacias entre los clientes o entre compañeros?
Esta pregunta no es sencilla. Creo que con los compañeros con los que trabajo habitualmente no me ha sucedido, pero sí me ha ocurrido sentir que hay suspicacias con compañeros que apenas me conocen. Respecto a los clientes, sí he sentido en ocasiones ciertas suspicacias por aceptar que sea una mujer quien dirige el proyecto o dirige una determinada obra de cierta envergadura.
5. ¿Por qué crees que hay tan pocas mujeres? O al menos, no tantas como hombres.
Pienso que no tiene por qué ser algo que suceda de forma deliberada, pero parece que las mujeres no llegan. En muchas ocasiones, se debe a que no tenemos las mismas oportunidades de visibilidad en el entorno profesional. Me parece que hay que pasar a políticas activas de mentorización de mujeres y de "esponsorización".
6. ¿Has tenido alguna situación en la que se ha cuestionado tu trabajo, validez o ideas, por ser mujer?
Sí, esto me ha sucedido con algún cliente en un contexto internacional. También lo he sentido en mis primeros años de carrera en las direcciones de obra, por parte de algunos jefes de obra.
7. ¿Podemos pensar que ya está obsoleto el pensamiento de que ser mujer y arquitecta es un despropósito? ¿Vamos por el buen camino?
¡Por supuesto que está obsoleto! La RAE acuñó el término arquitecta en 1984, hace ya casi cuarenta años. Así que ser mujer y arquitecta no es ningún despropósito, es un acierto. Creo que estamos en el camino al reconocimiento, pero necesitamos seguir avanzando, seguir presentando referentes femeninos a las niñas y a las mujeres jóvenes para que puedan identificarse y sentir la motivación necesaria para estudiar Arquitectura y otras carreras STEM.
1. Arquitectura es una de esas carreras que una estudia por pasión y vocación, ¿es el caso?
En el equipo hay perfiles muy diversos en cuanto a la motivación que nos pudo llevar a estudiarla, pero sí es cierto que a día de hoy, todas compartimos la vocación y la pasión por esta profesión.
2. ¿Sentís que ser mujer ha sido o fue un hándicap? ¿Alguien os dijo que mejor otra cosa?
A la hora de estudiar la carrera, la presencia de mujeres es alta, y no creemos que sea o haya sido un hándicap, pero a la hora de acometer el mundo laboral o una proyección de futuro dentro de un estudio, sí se ve menguada la presencia de mujeres. En nuestro caso, nadie nos desanimó a estudiar arquitectura por ser mujer.
3. ¿Creéis que la percepción de que es un mundo de hombres es cierta o errónea? ¿Está cambiando?
Sí, es un mundo de hombres, pero sí creemos que está cambiando. Por nuestra experiencia, en estudios grandes e internacionales encontramos más paridad entre hombres y mujeres, y pensamos que esa es la tendencia en el resto de estudios.
4. ¿Hay más suspicacias entre los clientes o entre compañeros?
Es algo que tiene bastante que ver con la generación, nos encontramos con un cambio generacional fuerte, y a veces con clientes se puede evidenciar más que con compañeros. Nos obstante, todas hemos sufrido ir acompañadas por un compañero de profesión (de igual o menor rango), y darse por hecho que es él el que dirige o lleva las decisiones por el hecho de ser hombre.
5. ¿Por qué pensáis que hay tan pocas mujeres? O al menos, no tantas como hombres.
En la universidad hay una alta presencia de mujeres, en los masters empieza a bajar el número de mujeres, y en los doctorados o en el profesorado apenas hay presencia femenina, eso hace que en la cara visible de la profesión estemos más en la sombra. Hasta día de hoy siempre han sido las mujeres las que cedían su crecimiento profesional por razones familiares o personales, lo que ha llevado a una falta de diversidad en la toma de decisiones y en la representación de las mujeres en puestos de liderazgo en el ámbito académico.
6. ¿Habéis tenido alguna situación en la que se ha cuestionado vuestro trabajo, validez o ideas, por ser mujer?
En MIL STUDIOS siempre se busca y se fomenta el empoderamiento de la mujer en el día a día de nuestro trabajo, somos un 80% mujeres las que conformamos el equipo, por lo que sabemos que tenemos que hacernos valer sea como sea, y tanto nuestros compañeros como entre nosotras, ponemos mucho empeño en ello y nos apoyamos para que no se cuestione nunca nuestro trabajo.
7. ¿Podemos pensar que ya está obsoleto el pensamiento de que ser mujer y arquitecta es un despropósito? ¿Vamos por el buen camino?
En arquitectura, sí creemos que está obsoleto ese pensamiento, vemos que hay mucho por hacer con la presencia femenina en oficios y en formaciones profesionales a las que hacemos frente en el día a día de la obra y que la presencia femenina es casi nula, electricistas, carpinteros, fontaneros… Estamos de camino al cambio, y confiamos que en unos años la presencia de mujeres esté más presente en puestos directivos y docentes, porque solo así conseguiremos realmente el progreso. Es necesario seguir trabajando en políticas y medidas que fomenten la igualdad de oportunidades y la conciliación de la vida laboral y personal para poder lograr una verdadera paridad de género en todas las áreas laborables y académicas.
1. Arquitectura es una de esas carreras que una estudia por pasión y vocación, ¿es el caso?
(Cristina) Siempre tuve claro que quería estudiar algo que me permitiera trabajar con creatividad. No me había planteado Arquitectura nunca hasta que mi profesora de dibujo técnico, y mi padre, me animaron a ello.
(Marta) En mi caso, no provengo de una familia de arquitectos, pero siempre me han interesado los trabajos más creativos, por ello siempre tuve en la cabeza la posibilidad de estudiar arquitectura, diseño industrial o bellas artes.
2. ¿Sentís que ser mujer ha sido o fue un hándicap? ¿Alguien te dijo que mejor otra cosa?
(Cristina) Creo que sin duda lo fue para muchas mujeres, pero yo tengo la suerte de haber crecido y estudiado en un ambiente igualitario en el que jamás sentí que ser mujer me diferenciara de forma negativa respecto al resto de mis compañeros.
(Marta) Realmente pienso que este tipo de comentarios suelen producirse en ambientes distintos a los que yo me he movido. Siempre me he sentido valorada en todos los aspectos.
3. ¿Creéis que la percepción de que es un mundo de hombres es cierta o errónea? ¿Está cambiando?
(Cristina) Me parece que por fin estamos consiguiendo, entre todos, que esta percepción quede cada vez más lejana. Parece que al fin nos damos cuenta de que la cosa no consiste en establecer barreras de todo tipo, si no en explotar y potenciar lo que cada uno podemos ofrecer al mundo. Esto es algo que veo día a día con mis compañeros de Arenaa Arquitectura.
(Marta) Creo que era cierta, pero sí que siento que esa percepción está cambiando poco a poco. A mí me gusta pensar que está cambiando a un mundo de equipo. Actualmente están apareciendo muchos estudios donde no se ve un nombre propio, sino una marca de equipo que representa tanto a mujeres como hombres.
4. ¿Hay más suspicacias entre los clientes o entre compañeros?
(Marta) A lo largo de mi vida profesional no he tenido nunca ningún problema con mis compañeros. Lo que sí que he notado con los clientes es el desconocimiento de todas las partes de nuestro trabajo en todas sus fases, algo que puede provocar ciertas suspicacias.
5. ¿Por qué pensáis que hay tan pocas mujeres? O al menos, no tantas como hombres.
(Cristina) Te diría que el 80% de mi promoción de universidad éramos mujeres, ¡cada uno que piense lo que quiera!
(Marta) No creo que actualmente haya pocas mujeres, es posible que con menor visibilidad sí, pero a nivel universitario los ratios deben estar parecidos.
6. ¿Habéis tenido alguna situación en la que se ha cuestionado vuestro trabajo, validez o ideas, por ser mujer?
(Cristina) Sí, durante los años en los que trabajé en Londres viví alguna situación en la que sentí un trato diferente. Reuniones con los diferentes departamentos implicados en un proyecto en las que únicamente tenían voz los ‘grandes arquitectos’ varones. Ir a obra tampoco es lo más agradable de mi día a día como arquitecta.
(Marta) Este tipo de situaciones las he podido experimentar sobre todo en los trabajos de dirección de obra, donde sí que he experimentado ciertas diferencias de comportamiento de los trabajadores con respecto a mis compañeros hombres.
7. ¿Podemos pensar que ya está obsoleto el pensamiento de que ser mujer y arquitecta es un despropósito? ¿Vamos por el buen camino?
(Cristina) Sin duda, no hay más que ver la cantidad de mujeres que recorren hoy las escuelas de arquitectura y el otro tanto que se dedican a practicar esta preciosa profesión. Todo el que se embarca en esta aventura de la arquitectura entiende enseguida que la mujer encaja a la perfección en este mundo de belleza, constancia e ingenio.
(Marta) Completamente sí, vamos por el buen camino y cada vez queda menos por recorrer.
Carlota de Gispert - socia fundadora de Cierto Estudio
1. Arquitectura es una de esas carreras que una estudia por pasión y vocación, ¿es el caso?
Pues concretamente en mi caso, sí que se podría decir que fue por vocación. O porque lo encontraba un bonito equilibrio entre números y letras, entre ciencia y arte.
2. ¿Sientes que ser mujer ha sido o fue un hándicap? ¿Alguien te dijo que mejor otra cosa?
La verdad es que nunca he notado que ser mujer fuera un problema. Creo que lo más difícil es ser joven y emprender tu propia empresa. Hubo gente que te recomendaba otra carrera, y aún más después de la crisis del 2008, pues el sector estaba destrozado.
3. ¿Crees que la percepción de que es un mundo de hombres es cierta o errónea? ¿Está cambiando?
Creo que nunca ha sido un mundo solamente de hombres. Lo que sí es verdad es que la mayoría de arquitectas que podían y querían ejercer en solitario, no eran visibilizadas. Por tanto, no hemos tenido apenas referentes. Me viene a la mente el caso de Lilly Reich, arquitecta invisibilizada que trabajó codo con codo con Mies. Recomiendo mucho el documental "On set with Lily Reich" de Avelina Prat García, Laura Lizondo Sevilla y Débora Domingo Calabui.
4. ¿Hay más suspicacias entre los clientes o entre compañeros?
Por suerte nunca he sentido malas maneras ni suspicacias por parte de compañeros o clientes. Sí que es verdad que a veces en obra no te toman en serio a la primera, y tienes que esforzarte para ganarte su respeto. Aunque sé que a otros compañeros hombres les ha pasado por el hecho de ser jóvenes.
5. ¿Por qué crees que hay tan pocas mujeres? O al menos, no tantas como hombres.
Creo que hay más mujeres que hombres en la profesión, o al menos eso dicen los números de estudiantes de arquitectura. Pero estas mujeres muy a menudo no escogen el reconocimiento sino que apuestan por la seguridad y conciliación y terminan en la administración o en otros estudios, pero sin liderar. Por tanto, no son tan visibles como hombres que deciden emprender.
6. ¿Has tenido alguna situación en la que se ha cuestionado tu trabajo, validez o ideas, por ser mujer?
Pues la verdad es que no, aunque creo que seguramente no sea lo habitual.
7. ¿Podemos pensar que ya está obsoleto el pensamiento de que ser mujer y arquitecta es un despropósito? ¿Vamos por el buen camino?
Por supuesto que está obsoleto, o eso quiero pensar. Tenemos las mismas capacidades que los hombres, incluso habilidades diferentes que pueden dar lugar a resultados distintos. Y ya es momento de que la arquitectura tenga esa visión femenina que no ha tenido hasta ahora.
Marta Álvarez del Manzano y Elena Durán Sabater, socias fundadoras de Dichoso Estudio
1. Arquitectura es una de esas carreras que una estudia por pasión y vocación, ¿es el caso?
Efectivamente, en nuestro caso, ambas escogimos esta carrera por pura pasión y vocación. Diseñar, crear, en cualquiera de sus ámbitos siempre nos había llamado la atención. Encontramos en esta carrera ese nicho en el que podíamos dejar volar nuestra imaginación hasta límites insospechados, límites que en el mudo real nos marcarían los clientes. Poder diseñar espacios que se convierten en realidad y que a posteriori las personas pueden vivirlos sintiéndose parte de ellos, nos llena de emoción.
2. ¿Sentís que ser mujer ha sido o fue un hándicap? ¿Alguien os dijo que mejor otra cosa?
En absoluto, nunca lo hemos considerado un hándicap, es más ¡todo lo contrario! En nuestro caso, nadie nunca nos dijo que estudiásemos otra cosa, de hecho nos apoyaron siempre desde el principio.
3. ¿Creeis que la percepción de que es un mundo de hombres es cierta o errónea? ¿Está cambiando?
La verdad que en nuestros 11 años de carrera profesional, incluso estudiando en la universidad, el mundo de arquitectura de interiores es más bien un mundo de mujeres en su mayoría, si bien es cierto, que cada vez empieza a haber más hombres.
4. ¿Hay más suspicacias entre los clientes o entre compañeros?
Desde luego que no, por lo menos nosotras no lo hemos percibido.
5. ¿Por qué pensáis que hay tan pocas mujeres? O al menos, no tantas como hombres.
Como comentábamos en preguntas anteriores, arquitectura de interiores siempre se ha caracterizado por ser una carrera más bien femenina, donde lo que abundan son las mujeres.
6. ¿Habéis tenido alguna situación en la que se ha cuestionado tu trabajo, validez o ideas, por ser mujer?
En absoluto. Si bien el mundo de la obra es un mundo más "masculino" y nuestros clientes, es cierto que en su mayoría suelen ser hombres, nunca han cuestionado nuestro trabajo, es más nos han tratado siempre con mucho respeto, valía y sobre todo como a iguales. Sin importar si somos mujeres u hombres, lo que han valorado siempre es nuestro trabajo al margen de nuestro sexo.
7. Podemos pensar que ya está obsoleto el pensamiento de que ser mujer y arquitecta es un despropósito? ¿Vamos por el buen camino?
Desde nuestra experiencia profesional creemos que vamos por el buen camino y podemos decir que este pensamiento ya está obsoleto.
Interiorista por vocación y formación, Patricia von Arend cursó sus estudios de diseño en la IADE de Barcelona y hace 35 años que fundó el estudio de interiorismo Denys & von Arend, junto a su socia Nathalie Denys. Patricia reconoce que, a lo largo de su carrera, más de una vez se ha topado con actitudes reticentes a su trabajo, sobre todo desde el sector masculino. "Cuando empecé hace 35 años, la profesión de interiorista no se entendía y se consideraba un oficio muy secundario, nosotras éramos chicas jóvenes… más de uno nos veía como aficionadas a decorar y no se nos tomaba en serio. Los interioristas hemos tenido que hacer mucha pedagogía para que se reconozca la importancia de nuestra profesión y, que me perdonen mis queridos colegas masculinos, pero yo creo que las mujeres interioristas hemos tenido que luchar un poco más. Las mujeres interioristas hemos trabajado muy duro para alcanzar el reconocimiento y prestigio que hoy tiene nuestra profesión".