Pocos eventos son esperados con tantas ansias en nuestro planeta que unos Juegos Olímpicos. Ciudades como Barcelona, gracias a este acontecimiento global, supieron transformar su fisionomía y mutaron radicalmente en una versión mejor. Aunque los causantes de ello no son las Olimpiadas en sí, sino los arquitectos que años antes de su celebración trabajan duro, muy duro, para asombrar al mundo con estadios y complejos deportivos que quitan el hipo. A las puertas de que Tokio acoja la futura edición del 24 de julio al 9 de agosto, hemos querido detenernos en esos grandes de la arquitectura que, tanto en el siglo XX como en el actual, han contribuido con su creatividad a proyectar edificios del todo inmortales. A algunos se les da más uso que a otros en estos momentos, pero sin ellos nada hubiese sido lo mismo.