Cada vez que un profesional se incorpora al equipo de Mesura, se le organiza una pequeña recepción. Es un ejemplo del carácter participativo de este estudio de Barcelona liderado por cinco jóvenes arquitectos (Jordi Espinet, Marcos Parera, Benjamin Iborra, Carlos Dimas y Jaime Font) que creen en el diálogo, la sostenibilidad y la internacionalización. Con proyectos en curso en Madrid, París o India, con una parada en Fráncfort para diseñar el estand de Roca en la feria ISH 2023, acaban de terminar una residencia en Arabia Saudí.

 

Marcos Parera, Jordi Espinet, Benjamin Iborra, Jaime Font y Carlos Dimas son el equipo titular de Mesura, un estudio de arquitectura que, a día de hoy, está integrado por más de cincuenta miembros

Pregunta obvia, pero necesaria. ¿Cómo os conocisteis?

Jordi Espinet: Nos hicimos muy amigos durante la carrera. Éramos del equipo de fútbol de la universidad (La Salle, ETSALS). En el último curso surgió la idea de hacer un concurso. Por suerte, lo ganamos, y eso nos dio el impulso. Dijimos: "Vamos a intentar mantener este grupo". Empezamos a hacer pequeños proyectos... Y hasta hoy. Benjamin Iborra: La arquitectura estaba en un período de cambio. Nacimos en plena crisis, y, casi por supervivencia, tuvimos que reinventar el oficio. Juntarnos cinco personas no era lo habitual.

¿Aparte de compañeros, qué teníais en común?

J. E.: Todos teníamos mínimas experiencias en algunos despachos, y yo creo que eso, venir con la cabeza absolutamente en blanco, nos ayudó mucho a crear algo de una forma distinta, natural. Compartimos el atrevimiento, el querer buscar cosas distintas. Salir un poco de la norma o de lo que se supone que tendríamos que estar haciendo.

 

Casa Nandini (Ibiza)

¿Cómo os organizasteis al principio? ¿Diversificasteis funciones?

J. E.: Surgió de forma espontánea, de hecho sigue siéndolo. Cuando estudias arquitectura piensas que estarás todo el día diseñando, pero la verdad es que haces muchas más cosas. Hay un punto de compañerismo; entre todos tenemos que empujar para que esto salga. 

B. I.: Nos hemos ido adaptando. Por suerte no solo nos apasiona nuestro trabajo, sino también la forma de organizar esta empresa

 

¿Cómo concebís vuestra práctica?

B.I.: Le damos mucho valor a que el resultado final no sea tanto algo que nos guste como que hayamos cumplido las expectativas de quien ha confiado en nosotros. Somos muy serviciales. La conversación más importante es la previa a comenzar un proyecto. Ya intuyes por dónde puede ir la cosa y ves que esa discrepancia ya no va a pasar.

J. E.: Siempre hemos sido muy muy flexibles, porque para nosotros siempre ha sido más prioritario estar a la altura de las expectativas de quien viene a nosotros que el hecho de que el resultado sea más o menos bello desde nuestra perspectiva. Esto nos ha llevado a situaciones no muy cómodas, pero estamos orgullosos porque han sido oportunidades para aprender y seguir creciendo. Cuando un cliente se ha alejado de lo que nosotros pensamos y el proyecto no va donde queremos no hemos sido radicales ni dicho: "Oye, es esto, lo tomas o lo dejas".

 

Interior de la Casa Dosmurs (Alella, Barcelona)

¿A qué hace referencia vuestro nombre, Mesura?

J.E.: Surge de hacer cosas tranquilas, adaptadas, sin extravagancias. Es entender que el sitio es un actor fundamental. El solar, la ubicación, los materiales... Para nosotros es básico entender cómo se ha construido ahí, con qué materiales, qué sistemas constructivos... Nos da muchas pistas sobre cómo desarrollar un proyecto. Necesitamos argumentos, que luego se convierten en espacios cálidos donde se tiene que estar bien sí o sí. Porque por mucho que hayas utilizado la piedra del sitio, si no estás a gusto en el interior no tiene ningún sentido.

¿Qué elementos trabajáis para que así sea?

B. I.: Dejando de lado la funcionalidad, básica, existe el concepto de atmósfera, creo que el haber trabajado mucho el interiorismo al principio nos ha hecho pensar en la arquitectura desde el interior. Contadnos sobre vuestra aventura en Arabia Saudí.

 

J. E.: Siempre nos ha gustado hacer cosas fuera. Hemos trabajado en Canadá, Chile... Hicimos unas tiendas en Arabia Saudí, y surgió la casa de un cliente de allí que había vivido mucho tiempo en EE. UU. Quería cambiar un poco la manera de vivir tradicional saudita.

B. I.: Este país tiene una arquitectura vernácula de alto interés que está siendo reconocida a nivel internacional, y partimos de esa base. Lo mismo que hacemos en el Empordà, lo hacemos en Arabia.

 

Villa AM (Jeddah, Arabia Saudí)

¿Qué camino intuís que está tomando la arquitectura?

J. E.: No sé hacia dónde va, pero sé hacia donde no debería ir, que es hacia la arquitectura icónica. El futuro está más alineado con la sostenibilidad, con pensar de forma coherente. Racionalizar, simplificar. B. I.: Dentro del concepto de sostenibilidad, lo bueno es que hay muchas maneras de enfocarlo y de hacerlo. Y hay una muy potente, que es la idea de never demolish, dar una nueva vida a edificios antiguos. Acabamos de terminar un proyecto en la calle Llull de Barcelona que es eso: coger un espacio industrial y convertirlo en una galería- vivienda. Y eso es sostenibilidad también.