Estas casas de campo demuestran que rústico no significa austero

El entorno rural se ha convertido en un destino deseable para vivir y aún más en casas de campo tan bien diseñadas como las que aparecen en el libro Country and Cozy, publicado por Gestalten. Un recorrido muy inspirador por rincones de todo el mundo en el que podemos descubrir viviendas con mucha historia y con una relación muy especial con el entorno, el paisaje y las tradiciones locales de artesanía. Entre sus páginas podemos descubrir desde un establo reconvertido en vivienda en el norte del estado de Nueva York, a un antiguo convento renovado en la Toscana, una casa con estructura de madera de 200 años ubicada entre prados en el campo alemán, y una granja del siglo XIII en Cataluña que es una mezcla minimalista de arquitectura rural con intervenciones contemporáneas.

Si algo tienen en común todas las casas de campo que podemos curiosear en este libro es una pasión desmesurada por usar espacios, materiales y elementos de formas inesperadas y muy originales. Cada uno de los diseños es muy personal y los diferentes creadores plasman en ellos sus gustos y una estética dinámica, que hace evolucionar el entorno rural hacia un mundo contemporáneo. "Se trata de restaurar propiedades de manera que mantengan sus materiales e historia originales, y luego agregar sus propias capas", afirma Matt Gibberd, cofundador de la agencia inmobiliaria Inigo, con sede en Londres.

Comprender y conocer el contexto y el entorno es la base para que el resultado del diseño sea único y se integre a la perfección. Especialmente cuando hablamos de materiales y detalles, como vemos en los ejemplos documentados de Country and Cozy, con reportajes que nos cuentan cómo sus habitantes han creado estos espacios encantadores y como es su día a día en el campo. Cualquiera que sea el origen o la estética de estas propuestas, cada acabado y cada mueble ha sido elegido con mucho cuidado e integridad.

Tras recorrer estas páginas nos queda clara una cosa: rústico no significa necesariamente austero, ese mito ya queda totalmente descartado. Así, en este compendio, podemos encontrar casas que se centran en lo simple y lo minimalista y otras en las que hay un juego de capas muy expresivo, con mezcla de texturas y mucho color. Mucha diversidad y mucho diseño de autor que reinterpreta el sabor de lo local y actualiza muchos de los elementos originales de estas construcciones dando una nueva vida y valor a lugares que, hasta hace poco, estaban prácticamente abandonado.

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Una cabaña en Shelter Island

Esta cabaña en Shelter Island, Nueva York, ha sido diseñada por la firma Workstead. Su propietario decidió reformarla para convertirla en una casa familiar donde vivir con su mujer y sus hijos. La casa cuenta con enormes techos estilo iglesia, con vigas de madera de pino. También conserva los suelos originales con baldosas en color verde.

La madera como protagonista

Uno de los dormitorios de esta vivienda, en el que la madera es absoluta protagonista. Los muebles, la estructura de la cama, un taburete rojo desgastado y una silla, se asientan sobre una alfombra tejida con motivos marinos.

La geometría de los espacios en una casa de campo

El edificio principal tiene un estilo modernista en el que la geometría de los espacios, diseñados a medida, fluyen entre la cocina y el comedor, hasta la terraza acristalada.

Casa de campo rehabilitada

En la localidad de Northamptonshire, Reino Unido, se encuentra esta vivienda rehabilitada. Se han conservado elementos arquitectónicos originales de lo que fue una antigua fábrica de pergaminos del siglo XVII. El arquitecto a cargo de la rehabilitación, Will Gamble, aprovechó las ruinas que quedaban en pie para insertar una extensión contemporánea en ladrillo, como “un edificio dentro de otro edificio”. El interior, contemporáneo y minimalista, pone el foco en los materiales honestos.

Una antigua villa del siglo XVIII en la Provenza francesa

Ubicada en la Provenza francesa, La Bastide de Fléchon es una vivienda en la que lo antiguo y lo nuevo dialogan constantemente. Una antigua villa del siglo XVIII entre olivares y cipreses, que se integra perfectamente en el paisaje después de ser rehabilitada. Uno de los espacios, el comedor cubierto, conecta las zonas interiores con el paisaje rural.

Francec Rifé da forma a esta casa de campo en Cataluña

En Cataluña descubrimos esta casa diseñada por Francesc Rifé para una familia con tres hijos. Una antigua granja del siglo XIII que ahora luce un estilo en el que se combina la arquitectura rural minimalista con intervenciones contemporáneas. Bóvedas restauradas y mampostería original, suelos de adobe, arcos y dinteles románicos dialogan con elementos como una chimenea contemporánea de doble cara, una escalera abovedada y una pérgola de metal. El mobiliario incluye elementos heredados y piezas contemporáneas de marcas como HAY, Flos y Santa & Cole.

Una cabaña a las afueras de Beijing

Esta cabaña ubicada en las afueras de Bejjing, China, se encontraba totalmente abandonada hasta que el diseñador de moda Sun Min y el arquitecto Christian Taeubert decidieron rehabilitarla. La casa, construida durante los años 70, recupera así esta zona que había quedado despoblada tras la tendencia de la migración campo-ciudad. Ahora, sus vigas de madera originales, sus paredes de yeso moteado y sus losas de piedra, conviven con puertas correderas de vidrio, luces industriales y una gran cocina de acero inoxidable.

Granja reformada

Una granja reformada en Provincetown, MA, en los Estados Unidos, que vuelve a reforzar la idea de que lo contemporáneo también puede ser rural. Aprovechando los espacios diáfanos de la construcción original se ha diseñado una estancia a la medida, versátil y abierta, a gusto de sus propietarios. Los grandes techos de madera se combinan con elementos de estilo industrial, como las lámparas y una mezcla ecléctica de mobiliario.