Más allá de la forma de lámparas o mesas, del estampado de cabeceros o suelos o de la elección de rayas o cuadros en textiles y papeles pintados –todos ellos recursos relativamente sencillos para añadir mayor volumen a la decoración–, en este artículo hemos tratado de encontrar ejemplos en los que no sean los accesorios lo que definan la percepción que nos hacemos del interior, como sucede, por ejemplo, en la casa de la fundadora de Milk Magazine, sino el espacio en sí mismo, o alguno de sus elementos estructurales, los que con sus recorridos o formas geométricas susciten sensaciones nuevas y originales.

 

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