Hay muchas estrategias para reinterpretar la tipología tradicional de una construcción, bien sea a través de la actualización de los materiales o de una estilización y reducción a lo esencial de su forma arquetípica. En la cabaña Kujdane, ubicada en los bosques del norte de Irán, el estudio Shomali Design ha optado por un gesto inusual y con un efecto estético sorprendente: una cubierta a dos aguas cuyos lados o vertientes no se encuentran en el vértice superior, creando así una abertura cenital que culmina de forma sorprendente la experiencia de integración en el paisaje que propone la construcción.
En efecto, el diseño de la cabaña se basa en un espacio central acristalado por su fachada frontal y posterior resguardado por una cubierta de madera en forma de A que arranca por uno de sus lados desde el mismo suelo, mientras que por el otro lo hace partiendo de la plataforma elevada de hormigón que hace de suelo.
A medida que ambas vertientes ascienden, estas giran para, en lugar de encontrarse en la cumbrera –nombre que recibe la parte donde se juntan los lados de un tejado–, discurrir en su parte más elevada de forma paralela. Este gesto genera una abertura superior protegida por cristal. En caso de lluvia o nieve, esta discurre canalizada hacia los lados desembocando en un pequeño estanque ubicado bajo el suelo elevado de la cabaña, que sirve además como elemento refrescante.
La altura de la cabaña permite crear dentro un espacio tipo dúplex, con los usos de día –salón, comedor y cocina– en la planta baja, completados con una terraza exterior, y el dormitorio y el estudio en el nivel superior, gozando de las vistas de la abertura cenital. Los interiores de madera se complementan con una paleta cromática neutra y diseños contemporáneos para que el confort en esta cabaña no tenga nada que envidiar al de la vivienda más sofisticada.
Suscríbete a nuestra newsletter para descubrir las casas más interesantes en medio de la naturaleza.