Aunque acaba de abrir sus puertas, parece que el nuevo Rabbit’s Bar lleva toda la vida abierto. Tanto su carta, en la que no faltan los clásicos y se complementa con tapas de marisco expuesto en la barra, pasando por sus camareros ataviados con camisa blanca, como a través de su interiorismo.

Abundancia de mármol, una cocina abierta y una barra larga con taburetes altos sirve como declaración de intenciones que este nuevo local de tapas y platos, ubicado en la zona alta de la ciudad, en el barrio de Sarrià-Sant Gervasi, busca convertirse rápidamente en todo un clásico. El proyecto de diseño interior es obra de Pilar Líbano, que recibió el encargo y el reto de convertir el local preexistente, en el que había un antiguo bar oscuro con techos bajos, en un espacio dinámico, luminoso y atractivo desde la calle. La solución, consensuada con sus dueños que buscaban un concepto de bar-restaurante más 'casual' que su otro local, el Café de París del Turó Parc de Barcelona, fue crear una barra central que conecta con una cocina abierta.

También creó una nueva fachada, totalmente acristalada y que conecta con el exterior para conseguir un establecimiento muy abierto, con este núcleo central que dinamiza la actividad del propio bar-restaurante y que puede verse totalmente desde la calle.