El viernes 8 de abril era el día marcado en los calendarios fashionistas para visitar la nueva tienda de Zara en Madrid en el Edificio España, ubicado en la plaza que le da su nombre. Las cuatro plantas de este nuevo local de la firma gallega se distribuyen siguiendo sus tres colecciones principales (Mujer, Hombre y Niños) a lo largo y ancho de los 3.815 metros cuadrados de superficie comercial. A su vez, dentro de cada línea se han incorporado espacios diferenciados de áreas específicas como Beauty o Lencería. Para lograr el efecto de separación visual, los responsables del estudio de arquitectura de la marca han desarrollado mobiliario y piezas de interiorismo significativa para cada tipo de producto expuesto.
El blanco y la luminosidad son el hilo argumental de este nuevo concepto que juega con estructuras innovadoras como falsas paredes curvadas o mobiliario con formas geométricas para separar áreas. Rompiendo la paleta de color crema, encontramos detalles en madera natural y el metal de los dispositivos tecnológicos. Según explican desde el estudio, la idea surge de concebir el interior como un gran contenedor limpio y neutro, que consigue centrar el protagonismo del color en las propuestas cromáticas de los textiles expuestos.
La sostenibilidad cumple un papel importante en este innovador concept store de la firma española, potenciado por el hecho de que el emplazamiento se trata de un edificio histórico ubicado en la recién renovada Plaza de España. El proyecto arquitectónico cuenta con sistemas de ecoeficiencia energética, una plataforma interna monitoriza de forma centralizada el consumo en climatización y electricidad para optimizar su gestión y tratar de disminuir la demanda de energía. Esto se aplica en los sistemas de calefacción y ventilación, o en el uso de iluminación LED para un mayor ahorro. Además, dentro de la tienda los compradores encontrarán también un punto de reciclaje de cartón para depositar las cajas de los pedidos online.
Otra de las premisas del proyecto era la innovación tecnológica para ofrecer al cliente una experiencia de compra integrada con la plataforma online de la marca. Además de poder conectarse a la App de Zara para ver la disponibilidad de productos o encargar un pedido de recogida en menos de dos horas, existe, distribuidos por la tienda, dispositivos tecnológicos que permiten el autocobro, puntos específicos de devoluciones o reservas de turno en los probadores.