La marca de lujo Hermès ya tiene preparado el escaparate de su tienda en Barcelona de cara al otoño. La propuesta estética de su instalación artística viene cargada de un gran peso simbólico, y es obra de la arquitecta, artista y pintora Elvira Solana.
Siguiendo el tema del año 2024 de la maison, llamado "24, El espíritu de Faubourg", que festeja el 100 aniversario de la flagship parisina, -el establecimiento más representativo de la casa-, este escaparate ofrece una novedosa mirada acerca del objeto.
Así, Elvira Solana nos lleva a recordar y celebrar los orígenes, el significado y la evolución continua de los objetos de Hermès, tanto como obra y como idea, para razonar sobre el valor de las cosas en su parte simbólica, intangible e inmaterial.
Una obra como edificación arquitectónica
Con tan solo unas cajas sencillas de madera, Solana ha sido capaz de crear la instalación artística de Hermès. Las ha apilado hasta conformar dos torres que se transforman, y que disfrutan de un aumento exponencial de su valor gracias a la representación mural de ciertos objetos de la maison francesa.
La finalidad es provocar e impactar en la percepción de aquel que observa la obra. De esta manera, los bodegones y trampantojos intentan que el espectador medite acerca del significado verdadero de los objetos y el vínculo con su propia imagen o representación gráfica.
Con 4 motivos
Las cajas se dividen en 4 motivos diferentes, -cintas, armario, cortinas y damero-, y cada una de ellas es la prueba en sí misma de esta transformación. El conjunto de todas las cajas produce un cúmulo de conceptos, un museo de curiosidades y una recopilación singular de objetos. ¡Mira qué efecto tan único se consigue producir ya con solo una de ellas!
Los números suman valor
Además, la agrupación de las cajas agrega una idónea conjunción numérica. Hablamos de que cada escaparate se compone de seis cubos de cuatro lados que se erigen hasta edificar su estructura de torre, y la cifra total es, curiosamente, el número 24, el protagonista del "tema del año" y el mismo número de la calle en la que se encuentra la primera tienda de Hermès.
Es más, los números también brindan otra interesante coincidencia: la combinación de los cuatro motivos y las cuatro caras aluden a los 16 métiers que reúnen el espíritu creativo de la marca. El resultado final de la obra son dos piezas verticales, como dos torres, que alaban la perspectiva cosmopolita y contemporánea propia de la maison.
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Las ideas que sugiere
La instalación artística se nutre de las representaciones de objetos que encontramos en las pinturas clásicas y murales. Pretende resaltar, asimismo, el poder de la representación gráfica y su potencial para alterar el significado de los objetos que se interpretan y de lo que los envuelve.
El objeto se considera lleno de valor artístico, por lo que se vuelve una pieza que merece ser admirada por su significado. Esta es la premisa que la obra recoge y que hace que el proyecto se exhiba como una referencia al simbolismo artístico, artesano y cultural del savoir-faire y de las creaciones de la maison. Estas, superan el plano material para contener conocimiento, propósito y belleza.
Sobre la artista que da forma al escaparate
Elvira Solana (Santoña, 1986) es la arquitecta y artista del proyecto, y experimenta las cualidades del mural como elemento arquitectónico que puede transfigurar la percepción de un espacio. La pintura la comprende tanto como un material como un elemento arquitectónico, igual de importante como el vidrio, el hormigón o la madera.
De hecho, para Solana la pintura es el vehículo que le permite modificar las características espaciales de una estancia y consigue eliminar la obligación de derruir muros. De este modo, se reinterpreta el espacio con solo mediar en las superficies.