En el edificio Mori, situado en el distrito de Odaiba de Tokio, se ha instalado la innovación. Se trata del primer museo de arte digital del mundo, creado por el colectivo de arte teamLab, compuesto por artistas, programadores, ingenieros, animadores informáticos, matemáticos y arquitectos y representados por Pace Gallery. Acostumbrados a las maravillas del mapping parecía que nada podía sorprendernos ya, hasta ver sus espacios tridimensionales con una escala de 10.000 m² creados con 520 ordenadores y 470 proyectores.
El colectivo decidió abrir su propio museo al no encontrar uno dedicado por completo al arte digital. Aunque han expuesto en distintos espacios alrededor del mundo, tanto de forma permanente como temporal, han decidido fijar una sede en Japón para que todos aquellos que quieran disfrutar de una experiencia inmersiva puedan hacerlo siempre que quieran.
El objetivo del colectivo de artistas es explorar las relaciones entre los humanos y el mundo y cómo podemos percibir nuevas sensaciones a través del arte, usando la tecnología digital.
En un primer vistazo la mirada está confusa sin saber donde prestar atención, pero rápidamente te dejas llevar por la instalación y entiendes que lo que estás viendo no es una obra rígida, sino un paseo infinito y cambiante en el que modificas el resultado final con tu propia experiencia.
teamLab pone el foco del arte en el medio y no en la obra: esta ultima es inesperada y crece y evoluciona con el paso de los visitantes. Los sentimientos y pensamientos que se incorporaban en una obra de arte a través de un medio físico ahora se pueden transferir directamente a los visitantes a través de la experiencia. El equipo creativo seguirá explorando dentro de las limitaciones de los museos, pero ya ha sugerido que quiere convertir esta experiencia en algo que se pueda trasladar a las grandes ciudades.
La presencia de otras personas de nuestro alrededor y su comportamiento impredecible e incontrolable a menudo se ven como un inconveniente que debe tolerarse. Esto se debe a que la presencia de cada persona y sus alrededores no tiene un efecto visible en la ciudad, pero si ciudades enteras fueran envueltas en el tipo de arte digital concebido por teamLab posiblemente comenzarían a ver la presencia de otros residentes como algo positivo. Evidentemente esto abre un debate también sobre el control y las responsabilidades de los ciudadanos que, aunque lejano, es interesante que surja en un foro tan inusual como este.